­En el juego de las fatalidades, la frase se podría considerar como el inicio de la ruptura definitiva: «Todos los que se han sentado en este sitio han acabado en chirona, pero aquí estoy para romper las estadísticas». Cuando el secretario del Ayuntamiento se percató, ya fue demasiado tarde. José Bernal, en su primer día como alcalde, ya había tomado asiento en la silla que preside la mesa oval en la sala de juntas, y que ha acabado por arrancarle de manera fatídica la corona que tantos se habían puesto. La corrupción ahora resuena en la memoria más primitiva y Marbella se ha recuperado de su pasado oscuro. Ahora, Bernal, al frente del tripartito, quiere escribir el futuro desde el consenso y sin dar golpes de timón. Inversiones, dudas, PGOU, oportunidades. El alcalde replica.

Otros sueñan con ser astronauta, usted lo hacía con ser alcalde de Marbella. Ya lleva más de un año al frente del Ayuntamiento. ¿El sueño se mantiene?

Sigo pensando que es lo más grande que le puede ocurrir a alguien de su pueblo. Mi familia es de aquí. Mi niño es de aquí. Mi ámbito de estudio como historiador y mi tesis doctoral han girado alrededor de Marbella. Es una relación tan fuerte, que siempre decía que prefiero ser alcalde de Marbella antes que ser ministro. Ahora, tengo el reto de que la gente guarde un buen recuerdo de mí.

¿En qué cree que han cambiado los patrones de conducta del actual equipo de gobierno?

Principalmente en la transparencia y la participación. También en la cercanía. Y digo lo que nos trasladan en la calle. Vamos sin ese séquito que seguía a la alcaldesa anterior. No solamente escuchamos a la gente, sino que llevamos a cabo las peticiones que nos traslada la gente dentro de las posibilidades.

¿Cómo es la relación ahora con la oposición en el Ayuntamiento? Al final, ésta se apuntala principalmente en el PP.

Está marcada por el diálogo, algo que nunca ha existido en la democracia en este Ayuntamiento. El diálogo impera con todas las administraciones y nos da igual el color político porque lo que buscamos son acuerdos. Los hemos alcanzado con todas las administraciones, salvo con el Gobierno de España. Aunque yo lo achaco, quizá, a su actual estado de provisionalidad.

¿Pero en qué aspectos concretos no se han llegado a acuerdos con el Gobierno central?

Principalmente, en aspectos de inversiones. Luego, uno muy gordo, que es la devolución del dinero del caso Malaya y de toda la corrupción. Una devolución que yo acordé personalmente con el ministro Montoro, y que, en una tarde, con una enmienda en el Senado, se modificó el acuerdo que alcanzamos.

El tripartito que integra el gobierno en Marbella era visto por algunos como símbolo de inestabilidad. ¿Cree que estas reticencias se han despejado?

Yo sabía, como se ha comprobado, que no iba a ocurrir nada que pudiera generar inestabilidad. Los que estamos en el gobierno, nos conocemos de hace años. Eso, sumado a un compromiso férreo con Marbella y San Pedro Alcántara, llega hasta el punto de que la gente que no está muy metida en la composición política de la ciudad, tiene serias dificultades para discernir que concejal es de un grupo político y cual de otro.

Se va a cumplir un año de la anulación del PGOU por el Tribunal Supremo. ¿Cómo se ha avanzado en este asunto crucial para Marbella?

Estamos trabajando mucho, pero la redacción de un PGOU es muy complicada. Tenemos que pensar, como le digo a muchas personas que terminan quejándose por la lentitud, que llevamos desde el año 1986 intentando cimentar un nuevo PGOU.

¿Qué fechas se barajan para la finalización de su redacción?

Estamos intentando que el avance del PGOU estuviera antes de las próximas elecciones municipales.

¿Cuáles son las claves de este nuevo PGOU?

Queremos diseñar futuro. El antiguo plan se hizo para corregir los errores del pasado. Las líneas gruesas del nuevo PGOU tienen que garantizar el futuro dotaciones y de infraestructuras en el municipio, algo que no estaba garantizado en el 2010.

¿Qué pasará con las numerosos viviendas ilegales que regularizaba el plan del 2010?

Son viviendas fuera de ordenación y dentro del nuevo PGOU no se pueden legalizar. El plan del 2010 las legalizaba y mira lo que ha pasado. El Tribunal Supremo lo ha anulado porque legalizaba viviendas ilegales. Tendrán que regularizar su situación en los tribunales. Ningún gobierno puede cambiar la situación de estas viviendas.

¿Cuántas viviendas quedan actualmente fuera de ordenación en Marbella?

De las 16.500 que había, se regularizaron entre el seis y el siete por ciento. Pero tenían que ser por iniciativa de los promotores.

¿Cuántas inversiones previstas se han caído por la suspensión del PGOU? ¿Se ha cuantificado el posible perjuicio económico para Marbella?

No lo hemos cuantificado. Pero es cierto que hay inversiones y promociones inmobiliarias que no han podido salir porque estaban ajustadas al plan de 2010. También es cierto, que hay promociones que ahora se han podido llevar a cabo porque el PGOU del 2010 era mucho más restrictivo que el del 86.

¿Qué pasa con el eterno dilema del Puerto de La Bajadilla?

Entiendo que el jeque Al-Thani no se ha tomado en serio un proyecto que para la ciudad podía haber marcado un antes y un después en su desarrollo. Nosotros hemos sido especialmente flexibles con esa inversión. También lo ha sido la Junta de Andalucía. Pero hay una fecha límite para el mes de noviembre.

¿Da el proyecto por muerto?

No tenemos esperanza ninguna en alguien que sabíamos que le estaba dando la espalda a la ciudad. Algunos fuimos muy criticados cuando dijimos que, independientemente de donde viniera, la gente tenía que haber expuesto sus avales.

¿Entonces urge convocar un nuevo concurso?

¿Entonces urge convocar un nuevo concurso?

Mi acuerdo es volver a sacar La Bajadilla a concurso público y encargarme de que los nuevos inversores presenten credenciales.

¿En qué términos saldrá a concurso ese nuevo proyecto?

En los que sean factibles para posibilitar una inversión. A mí no cabe duda alguna de que se pueda sacar a concurso ese proyecto en el menor tiempo posible, una vez que se cumpla el plazo.

¿Cree que ha aumentado la sensibilidad con San Pedro? Era una de las principales reivindicaciones de OSP.

Los dos concejales de Opción Sampedreña lo han repetido en muchas ocasiones. De lo que se trataba era de ver cuáles son las necesidades dotacionales más importantes para el municipio. Nos sentamos con la Junta y dio la casualidad que las dos más importantes están en San Pedro Alcántara. Un centro de salud y un instituto en la zona de El Ingenio. Además, hemos recuperado la tenencia de alcaldía.

En el plano económico, ¿cuáles son las fortalezas de Marbella para seguir adelante? ¿Cuál va a ser la aportación del Ayuntamiento para impulsar el desarrollo?

Entendemos que hay dos vías fundamentales que van a estimular a la economía para la ciudad. Tenemos que invertir y hacer mucho esfuerzo en materia de innovación. En estos 15 meses, hemos abierto 1.400 metros cuadrados de viveros en propiedad. Creemos que Marbella es un lugar adecuado para esas empresas que necesitan pocos trabajadores, pero un espacio atractivo como éste. Luego, entrando ya en el turismo, tenemos que ser un turismo diferenciador. Siempre digo lo mismo: no debemos competir con Mijas, Estepona o Alicante. Tenemos que competir con destinos equiparables como Mónaco, Saint-Tropez o Cannes. Todos los ítems que nos marquemos, lo tenemos que hacer con ellos. En este momento, y viendo la tendencia económica, nos podemos adaptar bien a la demanda que hay. Tenemos un turismo de lujo que sigue atrayendo lujo para un alto poder adquisitivo. Me atrevo a decir que, dentro de la oferta hotelera de gran lujo, nos faltan marcas que vayan un poquito más alto en la competitividad. Aquí hay gente que viene a gastarse mucho y hay que ofrecerle opciones.

¿Escasea la oferta de hoteles de cinco estrellas?

Tenemos una planta hotelera de cinco estrellas muy contenida. Nuestro gobierno, en lugar de buscar en este momento de gran afluencia turística que hay debido a la situación del Oriente Próximo, la especulación rápida con promociones de apartamentos turísticos o hoteles de tres estrellas que se nos han ofrecido, lo que hace es cortar eso de raíz. Sólamente facilitamos el que vengan los hoteles de cinco estrellas y de cinco estrellas gran lujo. Ese es el camino que tenemos que tomar.

¿Entonces la principal apuesta económica del Ayuntamiento pasa por el turismo de lujo?

Es una de la fundamentales. ¿Y qué nos puede perjudicar? La falta de infraestructura. Tenemos un aeropuerto envidiable, pero lo que no se puede permitir, es que tardes menos de Londres a Málaga que de Málaga a Marbella en verano.

¿Cree que hay una viabilidad futura para que el cercanías llegue hasta Marbella?

Es un compromiso del Gobierno, pero tal y como están las cosas ahora mismo, no creo que sea posible. Podría hacer política barata, dedicarme a lo que hacía mi antecesora, y llenar Marbella de carteles que dicen que Rajoy no cumple.

¿La marca Marbella ha quedado manchada después de lo ocurrido en el pasado?

La marca de Marbella es potentísima. No te das cuenta de lo importante que es hasta que ocupas este puesto. Cuando sales fuera de España, la gente conoce tres sitios: Madrid, Barcelona y Marbella. Sin haberse hecho promociones en los últimos años, ha seguido manteniendo su imagen. Ni siquiera todo lo que ha ocurrido aquí, la ha podido degradar.

¿Cómo se encuentra la peatonalización del casco histórico?

Estamos semipeatonalizando el centro histórico. Primero, por dinero. Además, Marbella es una ciudad de aluvión. Ha crecido tanto, que el centro neurálgico de la ciudad es un paso obligatorio para la comunicación. Pero estamos ampliando el casco histórico hacia el norte. Ya hemos inaugurado la calle Lobatas.