­Una experiencia que nos ha enseñado la historia y se ha quedado es la siguiente: el buen periodismo no sólo describe y valora lo que pasa, también es capaz de cambiar las cosas y mejorar la sociedad. En tiempos de estreno, y esto de alguna manera lo es, aunque más bien se trate de un reencuentro, debe de estar permitido pensar que al periodismo todavía le queda fuerza para dejar huella. La historia de La Opinión de Málaga, periódico que vio la luz un 25 de mayo de 1999, vuelve a encontrarse con Marbella. La edición que se mantuvo durante cinco años regresa de nuevo con la intención de dar respuesta a las exigencias de una ciudad y de sus vecinos. Hubo motivos para la sonrisa. Que un periódico rompa la barrera y se atreva a ampliar su radio de acción en los tiempos que corren, con galopantes contradicciones entre las necesidades informativas de la ciudadanía y el peso de unas redacciones mermadas por la crisis económica, no es algo que se estile.

Empieza así, desde hoy, una nueva relación entre este periódico y los ciudadanos de Marbella. Una relación que debe de nutrirse desde la valentía de contar la realidad. Sólo en un clima de transparencia puede nacer la confianza necesaria para que este medio se convierta en un elemento esencial para tomarle el pulso a la ciudad. Lo recordó el vicepresidente de la Junta de Andalucía, Manuel Jiménez Barrios, durante el acto de presentación: «Para interpretar la realidad uno debe conocer bien el lugar en el que labora y en el que vive. Por eso es importante que un medio como La Opinión de Málaga abra una edición para Marbella y San Pedro Alcántara». Resulta difícil acordonar el trabajo periodístico y acertar. El futuro de Marbella se erige como una camino esperanzador y lleno de oportunidades. Ahora toca contribuir en encender una luz que sirva para iluminar el sendero. En los próximos meses y años los pies sobre los que anda Marbella tendrán que palpar si se mueven por suelo firme. Así, lo expresó, también, el alcalde de la ciudad José Bernal, al explicar que «nuestra ciudad está necesitada de medios que libremente informen de lo que aquí acontece».

De esta manera, el nombre de esta cabecera le hablará a todos los colectivos de la ciudad, siendo, a su vez, un vehículo de transmisión para las preocupaciones y los deseos de todos aquellos que quieran contar con un medio sin bandos ni agencias. Juande Mellado, director del periódico, habló de «romper esa barrera invisible» que todavía separa a Málaga de Marbella y al revés. Una apelación que sólo se puede hacer desde el periodismo local. Una sabiduría antigua que fundamenta el pilar que sostiene este nuevo y apasionante designio por calmar las ansias informativas de una Marbella que, como un milagro, se ha recuperado de las fauces de la corrupción. Con esta misión, también se solidarizó el tejido empresarial de la ciudad, representado por el presidente del CIT, Juan José González Ramírez. «Qué más queremos en la ciudad que los focos, y si son focos de la prensa mejor, se fijen en nosotros», aseguró en el acto de presentación de la edición. A partir de hoy, en Marbella, se rondarán de nuevo unos quioscos que vuelven a estar completos. Lo decía también el coordinador general de Izquierda Unida en Andalucía, Antonio Maíllo: «Buena noticia leer que no se cierran periódicos, sino que se abren ediciones. Suerte a La Opinión de Málaga».