­El Tribunal Supremo ha absuelto a cuatro policías de Marbella del homicidio por imprudencia grave del que eran acusados después de que un ciudadano belga, que estaba embriagado y había consumido gran cantidad de cocaína, muriera durante su detención violenta en 2006. La Audiencia Provincial absolvió a los policías y el Supremo ha confirmado aquel fallo en una sentencia en la que insiste en que su función no es revisar las pruebas o los hechos, sino estudiar si sobre la base de éstos los fundamentos jurídicos de la sentencia recurrida son razonables. Y a esa cuestión responde afirmativamente.

La autopsia consideró que la causa de la muerte del fallecido, que fue detenido porque increpaba a los viandantes «vestido tan solo con un pantalón de pijama y descalzo a pesar del frío, dada la época del año» (el mes de febrero), no se debió a los golpes recibidos en la detención, según relata la sentencia. «Nos encontramos ante un caso típico de delirium agitado o excitado con muerte secundaria a inmovilización violenta en un consumidor de cocaína y alcohol», recuerda la sentencia.

Los golpes y traumas recibidos no han producido lesiones en órganos vitales ni tienen entidad para producir lesiones mortales. La contención violenta fue una concausa necesaria pero no suficiente para producir la muerte», añade. El Supremo, a partir de este relato de hechos, recuerda también que «la primera dotación de la Policía Municipal no podía reducir al fallecido dada la violencia que desarrollaba» y que sólo se le pudieron poner las esposas «con la ayuda de dos trabajadores que vieron la escena y ayudaron a los agentes».

La acción duró en total 30 segundos y no hubo asfixia por sofocación, recuerda el Supremo refiriéndose a los hechos probados.