La Fundación tutelar de asistencia personal (Fundatul), en San Pedro, presta atención en estos momentos a unas 75 personas con discapacidad psíquica, física o sensorial para la ayuda y acompañamiento en la inserción laboral (60) o su cuidado y tutela (14), según destacó su fundadora, Remedios Nieto de Del Río.

La fundación, que presta servicios desde 1993, cuenta con estatutos reconocidos desde 1997 y cubre las necesidades generadas por los padres de niños con algún tipo de discapacidad de cara al futuro por la imposibilidad de que alguien quede al cuidado de estas personas una vez fallecidos los progenitores o por trabajo, entre otra casuística. La entidad emerge a raíz de las necesidades detectadas en los usuarios de Aspandem, creado por Nieto en 1980 para dar cobertura a las personas con algún tipo de diversidad funcional, cuando la Constitución del 78 «reconoce a estos chicos como personas».

Así, nace Fundatul «para la tutela de los que ya nadie puede hacerse cargo total» y que padecen «cualquier minusvalía física, psíquica o sensorial», de los que Nieto resaltó sus grandes cualidades, así como realiza trabajo con apoyo. «Nosotros preparamos a chicos con minusvalía para que se incorporen al mercado laboral».

«Prepararlos desde que cogen el autobús con una persona que esté con ellos en los primeros tiempos hasta que cogen la comba del trabajo», a los que se hace un seguimiento posterior, contando con 72 contratados en la actualidad y a lo largo del año recibe a más de 300 para su entrenamiento laboral, además de dar cursos de formación, señaló.

Fundatul se financia a través de eventos, como la exhibición de Playmobil que se hará próximamente en el Palacio de Congresos, torneos de pádel o galas, así como de donaciones y ayudas. «Necesitamos socios, aunque sean de cinco euros al año», subrayó.

El programa de tutela está dirigido a personas que requieren de un tutelaje, principalmente mayores y/o con discapacidad psíquica -aunque no hay un perfil determinado-, de los que la fundación atiende ahora a 14 y estudia otros tres casos, según destacó el trabajador social, Alfonso Romero.

En este sentido, explicó que los casos de tutela «llegan al juzgado promovidos por los agentes sociales», principalmente los trabajadores sociales de los Servicios Sociales para «defender su patrimonio o su persona», para lo que se da conocimiento al Ministerio Fiscal. En función de las características sociales y personales del usuario, se valora si es susceptible de atención o no y se determinan sus necesidades y los recursos sociales que tiene a disposición, como continuar en su vivienda o derivar a una alternativa habitacional para que «no caiga en abandono o riesgo de explotación».

Otro de los pilares de la fundación es el apoyo y el acompañamiento en la inserción laboral mediante el programa «Emplea con Apoyo», que pretende «integrar a las personas con discapacidad» a través del empleo, el ocio y el tiempo libre, según destacó la preparadora laboral Elena Martín.

La técnica indicó que la intervención que se realiza es integral a nivel social, familiar o personal y acompaña a los usuarios en la fase de formación y búsqueda de empleo, durante el desempeño del puesto y de manera posterior con un seguimiento de casos.

Para ello, el colectivo cuenta con unas 200 empresas vinculadas a través de patrocinios o colaboración de prácticas para el aprendizaje de un puesto de trabajo, las cuales obtienen beneficios fiscales, y desde 2007 han contabilizado unas 1.000 atenciones, unos 400 convenios de prácticas y contratos y en la actualidad hay 30 personas en seguimiento y otras 30 en entrenamiento laboral, dijo.

La garantía de la prestación de los servicios es una máxima de la fundación, para lo que cuentan con el acompañamiento de un preparador: «Me incorporo al trabajo con la persona, aprendo con ella, le ayudo a asumir las funciones» hasta que el trabajador «es autónomo a todos los niveles».

Asimismo, Fundatul cuenta con un programa de orientación laboral cuyo objetivo es «fomentar la contratación de personas en situación de riesgo para su plena inserción en el mercado laboral», que ha registrado a lo largo de 2016 un total de 250orientaciones.

Casos como los de Abraham, de 32 años, o Javi de 61, muestran los resultados. Ambos tienen una discapacidad psíquica y trabajan desde hace 5 y 13 años respectivamente en el McDonalds de la carretera de Ojén dedicándose a la limpieza. El primero ayuda a su familia y se ha comprado su coche, el segundo se jubilará allí y ha adquirido una vivienda. Jésica, de 27, años, trabaja en el McDonalds de San Pedro y ha encontrado pareja en la fundación y Sandra, de 28, trabaja en el hospital Quirón.