La asociación cultural Marbella Activa ha comenzado a recabar apoyos para pedir a la Unesco que declare el espeto de sardinas Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. El colectivo aprobó en una asamblea general de socios, celebrada a principios de febrero, promover la solicitud para dicha candidatura.

Desde entonces, la asociación reúne apoyos entre colectivos sociales e instituciones públicas de la Costa del Sol y se ha puesto en contacto con la Junta de Andalucía para informarse sobre el procedimiento para presentar la candidatura.

El colectivo presentó a principios de semana en el Registro de Entrada del Ayuntamiento de Marbella una solicitud para que el Consistorio se adhiriera a la iniciativa y remitió la propuesta a la asociación cultural Cilniana.

También se ha puesto en contacto con un reputado formador de espeteros del municipio, con consistorios de la Costa del Sol, la Mancomunidad de Municipios de esta comarca y con los «agentes involucrados» en esta forma de asar el pescado.

«El espeto de sardinas forma parte de la identidad cultural, no sólo de Marbella, sino del resto de la comarca y la provincia de Málaga. Nosotros lo hemos promovido, pero no queremos que sea una cosa de Marbella Activa, sino de la provincia»,indicó a Europa Press su portavoz, Javier Lima.

El representante del colectivo advirtió de que, desde hace unos años, la Unesco aprueba con «cuentagotas» las declaraciones Patrimonio de la Humanidad, por lo que vaticina un «proceso largo».

«La parte más importante es la de la adhesión y participación porque es lo que avala los proyectos. La Unesco quiere que los proyectos vayan lo más respaldados posible», indicó Lima.

Recordó además procesos similares que han culminado con éxito, entre los que destacó la cal artesanal de Morón de la Frontera (Sevilla), reconocida por la Unesco en 2011 tras una candidatura impulsada por una asociación de caldereros del municipio ante el uso cada vez más frecuente de la pintura plástica; el flamenco o la dieta mediterránea. «La Unesco valora mucho que no sea la administración pública la que impulse los procedimientos, sino las propias asociaciones vinculadas con el saber tradicional», apostilló.