El empresario Francisco Gómez Palma, hermano de la cofradía del Cautivo y Santa Marta, pregonó ayer domingo la Semana Santa de Marbella en una emotiva intervención en la que reivindicó el catolicismo y el respeto por los valores cristianos, un acto que tuvo lugar a las 13.30 horas en la Iglesia de la Encarnación.

Gómez dedicó el pregón a su familia, y estuvo arropado por el presente el presidente de la Agrupación de Cofradías, Salvador de la Peña, el párroco de la Encarnación, José López Solórzano, el alcalde de Marbella, José Bernal, y el hermano Mayor de la cofradía del Cautivo, Francisco Bootello, al que agradeció haberle propuesto como pregonero.

Durante su intervención, el pregonero ensalzó la Semana Santa de la ciudad haciendo un recorrido por los tronos procesionales que salen cada día para venerar a los titulares de las cofradías con el fin de «hacer llegar las experiencias y emociones que producen en distintos momentos y lugares» la Semana de Pasión. Así, escenificó el ambiente propio de la Semana Santa evocando los cortejos que procesionan por las estrechas calles del Casco Antiguo de Marbella, los olores a incienso y azahar, el colorido de las túnicas moradas, blancas o azules que se funden con el verde militar de la Legión, que acompaña el Viernes Santo al Cristo yacente.

Desde el Domingo de Ramos hasta el de Resurrección, Gómez Palma relató las vivencias de las hermandades en las salidas procesionales, que arrancarán el próximo 9 de abril con el cortejo en la capilla San Juan de Dios en un Domingo de Ramos que llenará las angostas calles del centro histórico de «túnicas blancas, faraonas, mantos de hebreo, palmas y olivos».

El Lunes Santo será el turno de la Cofradía del Santo Cristo de la Veracruz, que recorrerá las calles del barrio alto como Ancha, Aduar, Lobata, Chorrón o Atarazanas, mientras que el Martes Santo será el turno de la Hermandad del Cautivo y Santa Marta, de la que Gómez es miembro y exhermano mayor.

En su discurso, salió en defensa de las mujeres del trono de Santa Marta, criticadas la pasada semana por las redes sociales tras la difusión de un vídeo portando el paso al ritmo de reguetón, en concreto la canción Despacito, del cantante portorriqueño Luis Fonsi. Además, realizó una plegaria a la titular de la agrupación, única gremial hermandad de la hostelería, la hotelería y el turismo: «Santa Marta, te pedimos que en Marbella nunca falte el trabajo al gremio de la hostelería». El miércoles procesionará el Nazareno, «la hermandad de mi padre junto con Santa Marta», llenando de morado y azul el entorno de La Encarnación, recordando el empresario la devoción de los mineros que portaban la cruz antaño. La noche del Jueves Santo saldrán dos cofradías y cinco tronos para venerar al crucificado, que el Viernes Santo acompañará hasta el Santo Sepulcro la Legión.

Gómez ensalzó el trabajo de las cofradías, que durante todo el año preparan con devoción la Semana Santa en un actividad frenética tras el miércoles de ceniza, actividad que se acelera en la Cuaresma. En ese momento, recordó la labor de «caridad cristiana» que realizan las hermandades para ayudar a los necesitados. El empresario reivindicó en su pregón los valores del cristianismo, confesión que remarcó como «base de las sociedades occidentales». «La tan traída solidaridad no es más que la caridad cristiana con palabras laicas. Parece que está de moda atacarnos a los cristianos... Seamos valientes y cada vez que nos ataquen y se mofen de nuestra religión o de nuestros sagrados titulares salgamos y digamos con voz alta y rotunda ¡Yo soy católico!». Asimismo, pidió dar a una calle el nombre del que fue párroco de la Iglesia del Calvario, Don José Lebrón, del que aseguró haber recibido la primera comunión a los ocho años, así como rescatar viejas costumbres como el apagado de luces al paso de la procesión de Viernes Santo o «vestir de chaqué quienes acompañan al cortejo en la presidencia».

También tuvo palabras de recuerdo para el joven Pablo Ráez, fallecido en febrero de leucemia, y para los párrocos de la Encarnación, don Francisco Echamendi o don Enrique, recientemente desaparecidos.