El resultado del acuerdo al que llegará Reino Unido tras votar hace un año en referéndum salir de la Unión Europea determinará cómo afectará esta decisión al resto de las economías, y aunque sus efectos son un misterio, expertos aseguran que el Brexit no influirá en la compra de viviendas en Marbella y la Costa del Sol destinadas al turismo residencial, y ello podría suponer volver a una situación anterior al Tratado de Maastricht (1992), que sustentó los pilares de la Unión como la libre circulación, según destacó el abogado en Extranjería Ricardo Bocanegra.

El experto recordó que por el aquel entonces ya existía «un flujo de británicos enorme», destacando que el turismo residencial es la modalidad mediante la cual los inversores, principalmente extranjeros, «compran una vivienda en la Costa del Sol para pasar largas temporadas», lo que supone una generación de riqueza ya que «compran coches, muebles o pagan sus impuestos». Según Bocanegra, este segmento «es un pilar básico de la Costa del Sol y de la provincia de Málaga porque todos los sectores dependen de él».

El turismo residencial es una modalidad de actividad inmobiliaria que viene desarrollándose en Marbella y en el resto de la provincia desde los años 90, aunque el experto indicó que ya en los años 70 del pasado siglo hubo en la ciudad un boom de personas de Oriente Medio que decidieron invertir en el ladrillo. El sector experimenta tras la crisis económica un repunte en los últimos años con la demanda de villas y grandes pisos de lujo que superan los dos o tres millones de euros (con un aumento notable) y las viviendas que superan los 500.000 euros en detrimento de la típica casa de 300.000 euros para poder obtener el permiso de residencia.

En cuanto al tipo de producto inmobiliario que se está demandando para turismo residencial, apuntó a la vivendas con domótica incorporada y súper modernas en detrimento del estilo clásico de inmueble de los años 60 que ha predominado en Marbella.

La ley impulsada por el Gobierno de la Nación en 2013, que permite a los extranjeros de países extra comunitarios y sus familiares obtener el permiso de residencia por adquirir una vivienda superior a los 500.000 euros, ha sido según el experto en Extranjería «un gran acierto». La conocida como Golden Visa ha resultado ser «muy interesante porque no es necesario pedir el visado en el Consulado y se puede pedir directamente en Madrid».

Entre los mercados tradicionales destaca el británico, seguido del alemán, el escandinavo, el noruego o el belga, aunque también existe interés por americanos, canadienses o iraníes, indicó. Otros mercados vuelven a emerger procedentes de Medio Oriente, como el saudí, que tiene especial interés «porque la situación de Arabia Saudí tiene unas perspectivas de futuro muy pesimistas desde el punto de vista económico y político» debido de que se han establecido impuestos, por lo que muchos «están invirtiendo fuera y comprando viviendas en zonas como la Costa Azul o la Costa del Sol en España», dijo. Por el contrario, el inversor ruso continúa poniendo sus ojos en Marbella, pero la afluencia ha descendido respecto a los últimos años: «Hay una crisis importante en Rusia con el cierre de empresas o bancos y preocupación y malestar por el futuro de la economía rusa».

Entre las trabas que encuentran los inversores de turismo residencial a la hora de adquirir una vivienda o pedir el permiso de residencia, el abogado apuntó a la presión fiscal: «Cuando el inversor ve los impuestos a pagar, da marcha atrás para no ser considerado un residente fiscal».