Ángeles Muñoz atiende la enésima llamada. Una vez recibidas las felicitaciones da por terminada la cortesía y entra al grano. Su agenda empieza a estrecharse. Una reunión para el 10 de septiembre con el ministro de Turismo en Zaragoza. «El día antes se casa mi hijo», precisa. A pesar del señalado periplo emocional, nadie le privará del viaje cuando hay algo bueno que rascar para Marbella. Antes, atiende a La Opinión para explicar qué tiene pensando para los que queda de mandato.

¿Cómo han sido las primeras 48 horas ?

Mucho trabajo. Muchas decisiones. Teniendo en cuenta que una administración, como lo es el Ayuntamiento de Marbella, no se puede paralizar. Hay que obrar con mucho sentido común. Pensar en las medidas que tenemos que tomar, pero sin que éstas impidan que la ciudad siga a su ritmo. En general, todo ha sido muy intenso.

Afronta un mandato de 18 meses. Más allá de esta particularidad, ¿qué aspectos concretos son los que han cambiado con respecto a su anterior etapa al frente del Ayuntamiento?

Cuando me presenté a las elecciones en 2015, mi reto era el de seguir apostando por las infraestructuras, mejorar las diferentes delegaciones, insistir en el trabajo relacionado con los asuntos sociales, perfilar las políticas para las áreas de Turismo y de Urbanismo...Un proyecto a medio y largo plazo. Eso ahora no existe. Ahora mismo, nuestro compromiso es satisfacer lo que nos piden los ciudadanos, que es tener mejores servicios. Darle una vuelta a esa insatisfacción, y que perciban que hay una vuelta a la normalidad y a la excelencia. Y eso sólo se consigue a través de la gestión.

Después de su investidura, saludó de uno en uno a cada concejal de la oposición. ¿El gesto era simbólico o mero trámite?

El haber pasado por la oposición, y no una oposición como en la que estábamos con el GIL, donde el que gobernaba te quería matar, nos ha servido para ver que desde la oposición se puede hacer un gran trabajo. Eso es lo que nos ha llevado a hacer un ofrecimiento de colaboración sincero al resto de grupos. Tengo el convencimiento firme de que un gobierno es mejor si la oposición se suma. Aparte de la cortesía del momento, fue una forma de decir que vamos de verdad.

Dijo que la moción no respondía a un anhelo personal si no que era una cuestión de responsabilidad. ¿En qué sustenta ese deber?

Sobre todo, en el descontento de los vecinos. Un descontento que se percibía en la calle. El hecho de que nosotros ahora tengamos que revertir esta situación en 18 meses responde a esa responsabilidad. Sabemos que no va a ser fácil, que nos va a suponer un gran esfuerzo. Pero si no hubiéramos hecho nada, la situación de Marbella se hubiera ido deteriorando cada vez más.

¿En qué se basa para afirmar que con el tripartito vino la inestabilidad política a Marbella?

Es algo que se notaba en todo. El PP es un grupo con 13 concejales y el equipo de gobierno saliente tenía 12. Podemos hacía planteamientos en los asuntos, según lo que entendían que era su postura política, y eso ha retrasado y ha entorpecido mucho la labor del día a día. Que se unan cuatro partidos, con la única finalidad de que no gobierne el PP, luego nunca se traduce en la gobernabilidad de la ciudad.

¿Pero en qué se traducía esa supuesta inestabilidad?

El ejemplo más claro es la adaptación a la ley del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) del 86. Lo llevaron a pleno en el mes de abril. Lo retiraron porque no tenían el apoyo de Podemos. Lo volvieron a llevar porque Podemos le daba su apoyo si hacían una modificación. Hacen la modificación y, al mes siguiente, tienen un informe de los técnicos diciendo que eso es una ilegalidad y que no se puede hacer. Vuelven en el mes de julio a llevarlo a pleno, quitando la modificación que había hecho Podemos en el mes de julio. Pero entonces, Podemos no aprueba el texto refundido. A día de hoy, estamos con un planeamiento sin ajustarse a la legalidad.

¿Cómo piensa desbloquear el tema del PGOU para que el urbanismo de Marbella deje de vivir en el año 86?

Se corrige de dos maneras. Uno, adaptándonos a la legalidad de forma inmediata. El PGOU tiene que estar adaptado a la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía (LOUA). Hay que llevar un texto refundido, al margen de cuestiones políticas. Un texto refundido y adaptado a la ley y eso lo marcan los técnicos. Espero hacerlo este mismo septiembre, tanto la adaptación a la LOUA como el propio texto refundido. Y, a partir de este momento, trabajar en lo que tienen que ser las bases de un nuevo PGOU, que recoja la realidad de Marbella. Si para cada cuestión se tardan seis meses entre dimes y diretes políticos, el que lo sufre es el propio ciudadano.

El PGOU es de suma importancia para el futuro de Marbella. ¿Lo recorrido ya no sirve?

Va a servir. Se sacó a concurso el informe técnico para ver las bases de lo que tienen que ser, a su vez, las bases del nuevo concurso del PGOU. Habrá que sentarse a hablar con las personas que están haciendo los diferentes informes y priorizar en cuanto a cuál va a ser su criterio en algunos aspectos. Es verdad que se les ha pedido las viviendas irregulares. Pero lo que tiene que salir, es un concurso que garantice que vamos a tener un nuevo PGOU. Para el actual equipo de gobierno, el tener ya en marcha una licitación para que un equipo gane ese concurso y empiece a trabajar con los técnicos municipales es muy importante.

¿Cuáles han sido las principales quejas que le han trasladado estando en la oposición?

El descontento ha sido absoluto. Cuando los contenedores no se recogen los fines de semana y antes sí, cuando los contenedores no se recogen por las noches sino por las mañanas. Cuando no hay operatividad en muchos de estos servicios. Cuando no el paseo marítimo ha estado abandonado y los parques no se han mantenido. Los ciudadanos es lo que ven en su día a día. El PGOU, pues eso te lo dice el promotor, que es verdad que es importantísimo porque es actividad económica y empleo, pero los vecinos aluden a la falta de servicios. Luego, en la ejecución presupuestaria, te das cuenta de que el presupuesto de obras que han ejecutado es el 30% de lo que estaba previsto. Tenemos que devolver a la Diputación más de dos millones de euros por una obra que no se ha terminado, y para la que han pedido dos veces una prórroga.

Ha anunciado un plan de choque para mejorar la limpieza. ¿Piensa recurrir a empresas externas para incrementar el número de operarios y cómo se sufraga este plan?

Con los actuales presupuestos, vamos a priorizar aquellos servicios que consideramos que son absolutamente esenciales para la imagen de la ciudad y para los servicios públicos. La limpieza es un aspecto fundamental. Yo ya he estado hablando con el interventor para que me diga cuál es la vinculación entre las diferentes áreas con los diferentes capítulos. Porque si no hay camiones, habrá que alquilarlos y habrá que contratar a más personal. Y habrá que poner en marcha todos los planes que nos permitan que se baldeen las calles y se mantengan los paseos marítimos.

¿Eso significa que habrá modificaciones presupuestarias?

Sí, entre otras cosas, porque nosotros tenemos que ejecutar un presupuesto que ha sido elaborado por otro equipo de gobierno en tres meses. Y, a la vez, vamos a trabajar en paralelo para que podamos tener los presupuestos de 2018 aprobados en diciembre y que entren en vigor en enero. Mientras tanto, tendremos que ver cuál es la posibilidad que nos dan los actuales. Si no se han ejecutado obras y no hay licitación, pues para no dejar esas partidas presupuestarias en remanente, que pasen al área de Limpieza.

Vuelve a contar con Diego López. Esta vez, como concejal al frente de Residuos Sólidos Urbanos. La propia OSP pidió en 2015 que deje su acta por la elevada factura de móvil que se cargó al Ayuntamiento.

El tema del móvil es que, durante un viaje al extranjero, estaba funcionando el roaming con los datos. Nosotros ese dinero lo vamos a reclamar a la compañía y que lo devuelva, como lo están dictando todas las sentencias en este sentido. Diego es una persona que ha hecho un gran trabajo y un gran esfuerzo. Por lo tanto, estoy convencida de que lo hará muy bien al frente de Limpieza.

La elegida para el área de Urbanismo es Francisca Caracuel. También dirige Economía en la Diputación.

Es alguien de absoluta confianza y con gran capacidad. Como Félix Romero, que también es parlamentario andaluz. Yo ya le he dicho a Elías Bendodo y a Juanma Moreno que sus compañeros en la Diputación y en el Parlamento tienen que asumir más responsabilidades de las que llevaban, para que ellos puedan tener mayor dedicación a Marbella. Estamos hablando de 18 meses y tenemos que hacer ese esfuerzo.

Eso significa que no les va a pedir que dejen sus cargos.

No, no lo voy a pedir.

Usted, como senadora, tiene la misma dualidad de cargos ¿Marbella no exige una dedicación exclusiva?

Marbella está en primer lugar, es mi preferencia número uno. Pero también entiendo que puede ser muy bueno para la ciudad que yo esté en el Senado. El Senado es una cámara de representación territorial, donde están muchos alcaldes y muchos representantes autonómicos. Es bueno que podamos estar ahí.

En el apartado de infraestructuras, ¿cómo piensa darle un impulso Marbella?

Por supuesto, la conexión ferroviaria tiene que venir ya. Y voy a exigir ese compromiso porque Marbella necesita esa conexión. Luego, el Gobierno se ha comprometido también a la estabilización de las playas, y nos pondremos, cuanto antes, a marcar el calendario para que se pueda ejecutar. En el tema de las carreteras, la mejora de la 340.

Su vuelta ha levantado sospechas en la Junta. ¿Teme que se deteriore la colaboración institucional con el Ayuntamiento?

Independientemente de algunas declaraciones en tono político, el papel institucional no se puede obviar. La Junta de Andalucía tiene un grado de responsabilidad con la ciudad de Marbella y, como alcaldesa, pediré las reuniones que sean necesarias para consensuar lo que hace falta en esta ciudad.

¿Qué planes tiene para algo tan fundamental para Marbella como lo es el turismo?

Marbella es una ciudad que tiene ser que excelente en todos los aspectos. Es lo que hemos querido trasladar y es lo que queremos. Tendremos que trabajar en políticas dirigidas a ciudadanos que viven en Marbella. Buenas políticas sociales con buenas políticas de vivienda y buenas políticas de servicios. Y combinarlo con una oferta atractiva para los que nos visitan. Los que nos visitan quieren restaurantes con estrellas Michelin. Mejores establecimientos hoteleros. Quieren pasear por un paseo marítimo que esté perfectamente acondicionado. También tenemos que ser una ciudad atractiva para los que vienen a invertir. Y por eso necesitamos un urbanismo ágil y centrado en la legalidad. Ese es el modelo, en definitiva, la mejor ciudad para vivir y para invertir.

¿Qué transformaciones requiere Marbella a día de hoy?

Diría que gestión en letras grandes. Lo que ha faltado con el anterior equipo de gobierno ha sido gestión. A partir de ahí, no poner topes a una ciudad tan solvente como Marbella.

¿Ha podido hablar con algún responsable de Starlite? ¿Marbella será sede en 2018?

Sí, hemos hablado en los últimos días. Una de las preocupaciones era la de que tomaran la decisión de irse, como anunciaron. Marbella eso no lo se puede permitir y, por lo tanto, el compromiso que nosotros tenemos es que un evento así, que es muy positivo para Marbella, se quede. Dentro del marco legal, por supuesto. Lo que no se puede hacer es incurrir en arbitrariedades. Si ha habido una declaración de interés para la propia Diputación y la Junta de Andalucía, ¿qué pasa? ¿Es que no hay interés en el Ayuntamiento?