Ha sido el culebrón del verano. Y lo que queda. El matrimonio formado por Sandra García Sanjuán e Ignacio Maluquer ha logrado un enorme éxito empresarial con uno de los festivales con mayor repercusión a nivel internacional, que ha vuelto a situar a Marbella en el firmamento de los destinos turísticos por excelencia: Starlite Marbella.

Con este festival, Marbella está recuperando el glamour de años atrás. Numerosos artistas de renombre pasan por este escenario y cerca de 200.000 personas han visitado la cantera de Nagüeles este verano, en apenas un mes, para asistir a algunos de sus conciertos.

Sin embargo, empresarios de la noche marbellí y vecinos de la zona dejaron al descubierto que no es oro todo lo que reluce. Varios empresarios se han quejado de que al festival se le deja abrir hasta las seis de la mañana funcionando como discoteca, cuando a otros negocios similares sólo se les permite abrir hasta las dos de la madrugada (hasta las tres los fines de semana).

Algunos vecinos de la inmediaciones se quejan del ruido de la música y del trasiego de personas hasta altas horas de la noche. El malestar se tradujo en una denuncia ante el Seprona, a cargo del abogado Marco Arafat, uno de los promotores de la marca de Podemos en Marbella.

Costa del Sol Sí Puede lanzó los focos sobre el festival y empezó a airear algunos pormenores de la trastienda del evento.

De esta manera, se hizo público que la concesión de la cantera de Nagüeles para los conciertos por un periodo de 25 años había vencido en 2016. CSSP ya venía denunciando tiempo atrás que este espacio público permanecía cerrado el resto del año para preservar la infraestructura del festival, una vez acabados los conciertos.

El gobierno de José Bernal prorrogó un año más el permiso y actualizó el canon que debe pagar la organización de 7.000 euros a 120.000 euros, debido al volumen de negocio que genera. Y exigió que se desmantelaran las instalaciones fijas ya que la calificación del suelo sólo permite estructuras desmontables.

La presión de CSSP obligó al Consistorio a anular algunas de las sesiones antes de la hora prevista en principio. La organización estalló y respondió retirando la palabra Marbella del nombre del Festival, amenazando con irse a otra ciudad y poniendo por delante los 800 puestos de trabajo que crea.

Ayer, el portavoz del nuevo gobierno (PP-OSP), Félix Romero, dijo que trabajan para que Starlite se quede en Marbella 10 años más «cumpliendo escrupulosamente la ley» debido al enorme beneficio para la ciudad. Y para ello, estudian otorgar al evento la calificación de festival de interés municipal.

CSSP acusó ayer al PP de vender planes de choque por doquier y recordó (como ya hizo el PSOE) que la figura de festival de interés municipal no existe en la legislación autonómica, por lo que se mantendrá vigilante para ver qué solución le dan al festival. Continuará.