Los elementos diferenciadores del turismo en España, como son el clima y el precio, ya no lo son tanto en un mundo globalizado que no entiende de distancias geográficas. Hoy en día hay que tener en cuenta las nuevas plataformas turísticas surgidas a raíz de las nuevas tecnologías y las experiencias de los usuarios, que son capaces de influir en los precios.

Así lo pusieron ayer de manifiesto los directivos que participaron en el segundo debate hotelero de la Costa del Sol, organizado por la Escuela Internacional de Alta Dirección Hotelera Les Roches.

Según Carlos Díez de la Lastra, CEO de Les Roches y moderador del debate, «la temporada en La Costa del Sol ha marcado el techo en precio en 2017. A partir de 2018 el esfuerzo debe centrarse en asegurar la ocupación y reforzar el posicionamiento y distinción como destino».

De la Lastra añadió que las nuevas generaciones de millenials están cambiando el paradigma clásico del hotel, que tenía uno de sus mayores atractivos en los espacios de convivencia y en las actividades que organiza para sus clientes. Ahora, el turista adopta un papel más activo y no quiere tanto crear nuevas relaciones sociales como vivir experiencias icónicas para compartirlas con las relaciones virtuales que ya tiene.

El CEO de Les Roches Marbella añadió que los profesionales de la hotelería deben adaptarse y aprender a ganarse a un nuevo cliente «inconformista, crítico, exigente, que se niega a aceptar las cosas por sistema y que cuenta además con un altavoz muy potente: la red y las comunidades digitales».

Ya no es suficiente con atenderlo bien, añadió De la Lastra, sino que «el nuevo cliente quiere participar, opinar e interactuar».

El directivo de Les Roches destacó la revolución que ha supuesto la democratización del teléfono móvil, y cómo este dispositivo ha generado nuevas industrias y ha transformado otras por completo, como la hotelera. Dominar estas nuevas plataformas a través de las instalaciones, el servicio, la tecnología y la relevancia en las experiencias es el reto ahora.