­El director general de Les Roches, Carlos Díez de la Lastra, confía en que el congreso sobre «Desarrollo de Talento: Estrategias para Destinos Competitivos», que comienza hoy en Marbella, sea un altavoz para reivindicar la importancia de la formación en la mejora de la competitividad de las zonas con mayores afluencias de turistas. Él predica con el ejemplo en su día a día. No en vano, dirige la segunda mejor escuela de formación hotelera del mundo, según el grado de empleabilidad de sus alumnos. Más de 3.500 exestudiantes de Les Roches en Marbella ejercen puestos de responsabilidad en 64 países.

¿Cuáles son los principales temas que se abordan en este congreso?

Trataremos temas relacionados con la educación y el reclutamiento de talento. Es uno de los ejes que más preocupa a la OMT y que trabajamos con más intensidad en instituciones como Les Roches. Es increíble cómo en destinos que tienen que competir por la calidad seguimos anclados en modelos turísticos antiguos.

¿Qué ha cambiado para que, cada vez se le dé en España más importancia al talento?

Hay un hecho que ha generado un efecto contagio muy positivo, sobre todo en la Costa del Sol, la Costa Brava, Ibiza y Mallorca, y es que algunas cadenas emblemáticas y otras pequeñas pero con cierto peso que están apostando por la renovación de conceptos y hoteles. Parecen arriesgadas y obligan a una inversión importante, pero están funcionando tan bien que otros hoteleros siguen el ejemplo. Si algo hay en este sector es la transparencia.

¿Ha notado ese cambio de mentalidad desde el mundo académico?

Sí. A nosotros no están contactando muchos hoteleros para pedirnos que les ayudemos a mejorar la calidad de las personas. Yo puedo renovar un hotel de cuatro estrellas y convertirlo en cinco con una gran inversión y con un diseñador con un concepto bonito. Pero si la plantilla que tienes sigue atendiendo como si tuvieras un cuatro estrellas, la experiencia no es completa. Lo bueno es que, cada vez más, se dan cuenta de ese desfase.

¿Cuáles son los puntos fuertes de España como destino turístico?

Primero, el clima, que es una maravilla. En Europa hay pocos entornos con el clima y medio ambiente como el español. También destaca el lineal de costa y la diversidad de oferta. Además, somos el país más eficiente en la gestión turística. Hay un aprendizaje de país que tarda en consolidarse. También influye el carácter de los españoles, que es muy abierto comparado con otros sitios y eso también ayuda.

¿Y qué nos falta?

La sensación de tener iconos turísticos potentes y que afecta sobre todo al turista de largo radio. No logramos atraer al turista americano, asiático o africano porque se mueven por imágenes de país. La gente va a Francia por París o a Roma por el Coliseo. Es así de concreto y de real. Hay ciertas historias que dan riqueza a los destinos y que sirven a los turistas que tienen pocas impresiones del destino. Cuanto más largo es el radio más básico es el concepto con el que nos quedamos. Si los estereotipos son positivos, tienen una gran potencia.

A su juicio, ¿cuáles son las razones que hay detrás de la turismofobia?

Yo creo que es una combinación de tres factores. Uno cultural y que hace que haya gente más celosa de su cultura y otra que tiene una actitud más abierta para recibir a los turistas. También cuenta la planificación, ya que en algunas zonas no se ha ordenado nada y ha generado tensiones. Málaga lo está haciendo muy bien. Por último está la concienciación. Hay que explicar las cosas y explicar que hay mucha gente que usa la turismofobia para hacer política. Y la primera pedagogía es que el turista no tiene la culpa por lo que no hay que ser agresivos con él.

¿El turismo tiene que ser de élite o accesible a todos?

El turismo es la mejor herramienta que tienen los países para generar una convivencia pacífica a nivel mundial, por lo que tendría que ser abierto al máximo. Pero todos los destinos queremos tener un turista de mejor calidad. Casi todos los destinos saturados buscan menos turistas pero de más dinero y es lícito que busque eso. Todos los destinos aspiran a tener el mejor cliente y con más dinero. Yo creo que tiene que haber espacio para todo. Todo depende de cómo posicionas a tu destino y de la base que tengas para competir. Cada uno tiene que saber a lo que juega.