Magna Clinic, ubicada en el distrito de Nueva Andalucía, en Marbella, es el primer centro médico que combate el cáncer con un novedoso sistema. Se trata de la Hipertermia Oncológica, el «cuarto pilar» en el tratamiento del cáncer, según el doctor Jorge Contreras, el impulsor de un sistema que han probado unos 300 pacientes en tres años, además de facultativo en el Hospital Carlos Haya y presidente de la Sociedad Española de Oncología Radioterápica. Magna Clinic también colabora en la difusión de la Hipertermia Oncológica en los centros oncológicos de mayor prestigio del país.

¿En qué consiste la técnica de la Hipertermia Oncológica?

Es una excelente oportunidad para mejorar los resultados del tratamiento convencional del cáncer, como la quimioterapia o la radioterapia. Se utiliza, fundamentalmente, en aquellos escenarios en los que el tratamiento convencional no espera conseguir todos los resultados deseables en situaciones de tumores avanzados o que responden peor a la quimioterapia por sus diferentes estirpes.

¿Se aplica en una segunda fase del tratamiento?

Se aplica siempre conjuntamente con el tratamiento convencional. Es muy efectivo, y así está demostrado porque hay mucha evidencia científica, con la radioterapia y la quimioterapia. Se potencia el efecto de la quimioterapia. Por eso es muy importante que sea un oncólogo el que haga esta prescripción.

¿Cómo definiría el funcionamiento del sistema?

Es muy sencillo definir la Hipertermia Oncológica. Se trata del aumento controlado de la temperatura en aquellas zonas en las que hay una proliferación tumoral. Lo que se produce es un aumento de la temperatura por encima de lo fisiológico, entre los 42 o 43 grados, para intentar poner a la célula en una situación de vulnerabilidad.

¿Y cómo actúa?

Los tumores son crecimientos de tejidos internos que se escapan al control inmunológico. Al aplicarle calor de forma controlada aumenta la circulación sanguínea y se produce una relajación de la musculatura intrínseca de la zona. Al producir esta hipertermia controlada, logramos una vasodilatación y facilitamos la mejor llegada del oxígeno y la sangre, circunstancias en las que la radioterapia y quimioterapia responden mejor.

¿El aumento de la temperatura no afecta al tejido sano?

No, porque el tejido sano tiene la capacidad de difundir el calor por medio de los mecanismos circulatorios normales. Si a un pulmón le aplicas calor, genera el «efecto sauna’», se vasodilata, se relaja y disipa la temperatura. El tumor es una estructura que no tiene esa capacidad, precisamente porque así hace un mecanismo de defensa frente al organismo y crece.

¿Aporta algún otro beneficio?

Sí. Tiene un beneficio inmunológico muy importante. Las células tumorales crecen porque se hacen invisibles al sistema inmunológico. Al aplicarle calor por encima de lo fisiológico, el tumor responde de forma precipitada y desordenada y expresa una serie de receptores que hacen que el tumor se haga visible al sistema inmunológico. Por un lado, potenciamos el efecto del tratamiento quimioradioterápico y ayudamos a la inmunoterapia interna del cuerpo a ser más efectiva en la lucha contra el tumor.

¿Tiene efectos secundarios la Hipertermia Oncológica?

Si esta técnica es utilizada de forma controlada por profesionales, no tiene más efectos secundarios que algunas molestias en la red de tratamiento que, regulando la temperatura, se pueden controlar. No se puede aplicar a pacientes con prótesis metálicas, heridas abiertas o en situaciones de derrames con líquidos.

¿Sobre qué tipos de cáncer se aplica la técnica?

Ahora mismo, en España, está reconocido en cáncer de cérvix, mama y en tumores colorrectales. Además, hemos presentado informes en diferentes agencias de evaluación de tecnología sanitaria de España para que indiquen en qué situaciones hay suficiente evidencia clínica para poder admitirla como estándar del tratamiento.

¿Qué porcentaje de curación tiene?

Es una pregunta que me hacen todos los pacientes. El problema es que, al no ser una técnica conocida ni por los pacientes ni por los profesionales, los pacientes que recurren a su uso suelen estar en situaciones muy avanzadas. Pero podemos hablar de excelentes respuestas en trabajos hechos fuera de España. En sarcomas de extremidades o tórax dobla la supervivencia y esto, en oncología, no lo hemos visto desde hace años con, prácticamente, ningún quimioterápico.