Empresarios y propietarios del Polígono Industrial La Ermita, en Marbella, piden al Ayuntamiento que inicie las actuaciones para retirar el alto número, señalan, de vehículos en estado de abandono del recinto. La presencia de los coches, buena parte de ellos en estado de ruina o desvencijados, dificulta a los empleados y clientes encontrar puestos de aparcamiento para estacionar los suyos o impide a los empresarios recepcionar trabajos.

«El cliente que viene a mi taller se va muchas veces aburrido por no encontrar aparcamiento. Es un cliente que pierdo y que ya no vuelve», señala Antonio Varo, presidente de la comunidad de propietarios del polígono y regente de un taller de chapa y pintura. La pérdida de clientes que, asegura, padece en su taller la sufren también los bares y restaurantes de la zona, señala.

Varo calcula que en el entorno de la comunidad de propietarios hay unos 30 coches en estado de abandono, algunos de los cuales llevan cinco años en esa situación. «Algunos de ellos tienen el sello del Ayuntamiento (que los declara en estado de abandono para ser retirados), pero no se hacen cargo de quitarlos. Nos hacen cero caso», lamenta Varo, que asegura que los propietarios del polígono han contactado con el Ayuntamiento en diversas ocasiones para denunciar la situación.

El anterior presidente de la comunidad de propietarios, José Pernía, calcula que el número de coches abandonados en el polígono oscila entre los 100 y 120. Pernía asegura que, durante su mandato, presentó solicitudes en el Registro de Entrada del Ayuntamiento y mantuvo reuniones con el jefe de la Policía Local y el concejal del ramo «y no me han hicieron ni puñetero caso».

El presidente de los empresarios del polígono, Juan Francisco Jiménez, cuestiona los medios de que dispone el Ayuntamiento para retirar los vehículos. «Antes había un agente de la Policía Local que se paseaba por la zona y ponía pegatinas a los coches abandonados para que fueran retirados. Pero ahora no sé si esta función la sigue haciendo algún policía», agrega el presidente de los empresarios, que lamenta las dificultades para estacionar y la mala imagen que ofrece el recinto.

Jiménez señala que los accesorios de algunos vehículos abandonados son objeto de hurtos, como los espejos o las antenas e, incluso, complementos del interior de la cabina del coche. «Justo enfrente de la puerta de mi establecimiento hay tres coches sin puertas ni asientos. Somos el culo del mundo», lamenta el empresario, que regenta un negocio de aluminios. El presidente de los empresarios de la zona industrial pide también más vigilancia y una mejora en la limpieza.