El hotel Villa Padierna se construyó hace quince años para albergar joyas y reproducir edificios con siglos de antigüedad. Los bocetos de los planos que el prestigioso arquitecto británico Edward Gilbert trazó a mano para levantar el primigenio edificio en 2003, el Villa Padierna, y que se pueden observar en el vestíbulo del conocido como «hotel museo» es el comienzo de un viaje a través del tiempo que termina en la Grecia y la Roma clásicas.

El primer edificio del hotel, entonces rodeado únicamente por un solo campo de golf, destaca por la arquitectura toscana, ubicado entre el mar Mediterráneo y la montaña. Sus instalaciones y el exquisito servicio que se ofrecía en sus 41 habitaciones y 18 suites le valieron para que, en sólo cinco meses, fuera incluido en el club de los 300 mejores hoteles del mundo, The Leading Hotels of the Word y se convertiría en una de las marcas de referencia del turismo de lujo de Marbella. «La idea original era que Villa Padierna permitiera a Marbella y el resto de la Costa del Sol seguir posicionándose como un destino de élite en el mundo del golf y satisfacer las necesidades de alojamiento de un segmento del turismo que busca los más altos estándares de calidad y lujo», señalan fuentes del hotel.

Dos años después de su apertura, en 2005, el hotel amplió sus instalaciones con la construcción del edificio Linares, que recrea el palacio del mismo nombre ubicado en Madrid, una de las edificaciones más emblemáticas del siglo XIX de la capital de España y que fuera propiedad del Conde de Villapadierna.

El edificio Linares alberga el Villa Padierna Wellness Institute & Spa, uno de los mayores spa de Europa gracias a sus 2.000 metros cuadrados de extensión y un circuito thermal aromático único en la Costa del Sol por su variedad y complejidad.

Un año más tarde, al hotel Villa Padierna y al edificio Linares se sumaron un anfiteatro romano que alberga todo tipo de eventos en un recinto que rememora la Roma clásica y once villas, conjuntos residenciales de unos 350 metros de superficie cada una inspiradas en La Toscana, independientes unas de otras y ubicadas en el interior del complejo hotelero.

Villa Padierna Palace Hotel, de cinco estrellas Gran Lujo, se ideó para albergar en sus pasillos, habitaciones y vestíbulos más de 1.200 obras de arte, muchas de ellas únicas en el mundo y con un valor incalculable.

Son tapices, esculturas, pinturas, piezas heráldicas o un león ibero esculpido en piedra de estilo clásico o que recuerdan a la antigua Grecia. «Muchas de estas obras de arte proceden del Palacio Villapadierna, ubicado en la calle Goya de Madrid, o del Palacio de Linares, en la plaza de La Cibeles. El resto se compraron en subastas en diferentes puntos de Europa», indican las fuentes.

El recinto ha sido también escenario de infinidad de bodas de diferentes culturas, desde árabes hasta judías pasando por hindúes.

El hotel cuenta en la actualidad con 130 habitaciones suites con decoración clásica y obras de arte italianas o españolas, un club de playa, ocho pistas de pádel y dos de tenis, una piscina exterior, tres campos de golf con 18 hoyos cada uno, cinco espacios gastronómicos, tres salas multifuncionales o un salón de banquetes con capacidad para entre 40 y 150 personas.

Su primer campo de golf, Flamingos Golf, ha albergado prestigiosos torneos, entre ellos tres finales consecutivas del European Seniors Tour o el Open de España Femenino, en 2010. Tras Flamingos Golf se construyeron los clubes Alferini y Tramores.

La personalidad más importante que se ha hospedado en Villa Padierna es Michelle Obama, esposa del expresidente de EEUU Barack Obama, que visitó Andalucía en agosto de 2010 junto a sus dos hijas y que inauguró el club de playa del hotel. También han disfrutado las comodidades del establecimiento cantantes como Enrique Iglesias, Craig David o Marc Anthony; las actrices Mar Saura o Gwyneth Paltrow; los futbolistas Luis Figo o Fernando Torres; o el expresidente del Gobierno José María Aznar y su esposa, Ana Botella.

También visitó el hotel una princesa árabe que quiso celebrar su boda y para la que hubo que cerrar el establecimiento durante cuatro días, recuerdan las fuentes, que subrayan que la privacidad y la confidencialidad son dos de las razones por las cuales los clientes eligen Villa Padierna.

En el hotel presumen también de que ahí nació y se celebraron las dos primeras ediciones de Starlite. El festival de conciertos de música que, hasta el momento, se ha celebrado en verano en la Cantera de Nagüeles, constaba en 2010 y 2011 de una gala benéfica con actuaciones musicales y el apadrinamiento de Eva Longoria y Antonio Banderas.

La mayoría de los premios que ha recibido el hotel los han otorgado tras votaciones realizadas por los propios huéspedes. La gastronomía, el centro de bienestar o el servicio también han recibido sus reconocimientos.