­­Para regentar una de las cuatro barras de la primera Feria de Día de Marbella necesitó la ayuda de comerciantes del casco antiguo. La intención era ofrecer a los clientes una copa, promocionar entre los turistas extranjeros un centro urbano eclipsado por Puerto Banús e implantar en el municipio el mismo evento que se celebraba, con éxito, en localidades próximas, entre ellas la capital. «Empezamos por sacar nuestras sillitas y nuestras mesas fuera de los comercios y captar a la clientela extranjera», recuerda Antonio Alcalá, uno de los cuatro vecinos de Marbella que, junto a Antonia Mata, Antonio Zurita y José Becerra, organizaron en 1987, la primera Feria de Día del municipio. A ellos está dedicada la portada de la Feria de Día de este año. «Un par de años después, propusimos al Ayuntamiento una copia en pequeñito de lo que se hacía en Málaga y poder empezar a abrir casetas en el casco antiguo», explica.

Años después, el Ayuntamiento decidió dejar de celebrar la Feria de Día en el casco antiguo ante las quejas de los vecinos de la zona hasta que en 2016 el PSOE devolvió la celebración al parque de la Alameda y la avenida del Mar, zonas más céntricas y accesibles. «Mientras la gente se divierta y haya orden, disfrutamos más aquí. Además, los turistas se encuentran aquí como en su casa», sostiene Antonio Alcalá.

Su amiga Antonia Mata señala que la Feria de Día dejo de celebrarse en el centro urbano «porque hubo una época en la que éramos menos educados. Cuando hay una acumulación de gente es más difícil el control. Pero eso son tiempos pasados. Ahora hay que disfrutar de un evento que se creó, precisamente, para promocionar nuestro centro histórico. Todos somos marbelleros y nos causaba mucho dolor que sólo se conociera Puerto Banús», añade.

Para tratar de compaginar la seguridad en la Feria de Día con el espíritu con el que nació el evento, el parque de la Alameda y la avenida del Mar cuentan este año con ocho cámaras de videovigilancia, además de refuerzos de agentes de la Policía Nacional y Local, así como puntos morados en los que asistir a las mujeres que puedan sufrir algún tipo de agresión.

Más crítico, el concejal bajo cuya gestión se comenzó a celebrar la Feria de Día, José Pernía, lamenta que este tipo de actos «se hayan convertido en un botellón. La Feria de Día tenía unos referentes culturales y unas actividades sociales y se utilizó exclusivamente el casco antiguo y con solo una barra, no tropecientas, como hay ahora», señala.

El presidente de la Agrupación de Cofradías de Marbella, Francisco Gil, asegura sentir orgullo por las hermandades que montan sus barras en la Feria de Día, todas ellas en el parque de la Alameda. «Le damos un gran ambiente a la Feria y expresamos nuestro apoyo a San Bernabé», señala desde la barra de la Cofradía de La Pollinica, de la que destaca «la comida casera a buen precio, buena música y buen ambiente cofrade».

A escasos metros de la barra de la Cofradía de La Pollinica se encuentra la de la Hermandad del Nazareno, cuyo arroz corre a cargo del hermano mayor, Juan Pedro Pérez Duarte. «Es una de las fiestas grandes de nuestro pueblo y todas las hermandades que montamos barra en este espacio la vivimos intensamente, dispuestos a servir a todos», agrega.

La Hermandad del Nazareno ha contado con su propia barra siempre que la Feria de Día se ha celebrado en el centro urbano. El único «impasse», agrega, se produjo cuando la festividad se trasladó a un enclave a las afueras de la ciudad. «Se nota la diferencia entre un enclave y otro. Allí arriba, el ambiente era más nocturno», agrega el hermano mayor de la hermandad que, además de su arroz, ecomienda las tapas. Y es que la barra del Nazareno contará con la presencia de los cocineros Dani García, reconocido con dos estrellas Michelín, o Diego del Río. «Tenemos un elenco de buenos cocineros para ofrecer la mejor calidad», apunta.

En la avenida del Mar, que conecta el paseo de la Alameda y la avenida Ricardo Soriano con el paseo marítimo, se encuentra la barra de Juan Vargas, regente del restaurante La Santa, en el casco antiguo. «Nuestra especialidad es el ambiente que conseguimos durante los días que dura la Feria. Además, tenemos pescado fresco del día», señala.

La de este año es la segunda Feria en la que Vargas monta una barra. «Este año, se presenta bien, mejor que el pasado. El primer año te cuesta más, pero al segundo, ya sabes por dónde ir», señala tras el mostrador de la caseta, situada a poca distancia de uno de los escenarios para las actuaciones musicales en la avenida del Mar.

Daniel Veda es uno de los camareros de la barra que gestiona Maya, un bar de copas del Puerto Deportivo. Hasta el día 11, le tocará cambiar los combinados que sirve los sábados por la noche por los pinchitos a plena luz del día. «Se lleva bien. La Feria es risa, cachondeo, reunirte con la familia y los amigos y siempre de buen rollo», apunta.

En la barra de la caseta de Maya predominan los pinchitos de pollo, las hamburguesas y los montaditos de lomo. Enfrente de la barra de Maya está la de la Asociación Carnavalesca de Marbella, que preside Francisco Román. «Aquí, como todos los años, te puedes encontrar el mejor tapeo de la Feria. Desde el mejor jamón a los mejores chocos fritos, pasando por la carne», asegura.

La oferta de aperitivos de la Asociación Carnavalesca se combina con las actuaciones en vivo. Ayer, inauguración de la Feria, fue «la primera toma de contacto», y hoy es el turno del grupo Rompeolas. «A partir de mañana (por hoy), a tope», señala.

La Feria de Día volverá a abrir hoy a las 13.00 horas, con especial dedicación a los miembros del Centro de Participación Activa para Personas Mayores Encarna Cantero, que tendrán ocasión de mostrar sus habilidades en el concurso de pasodobles, el concurso de sevillanas y bailes, con actuaciones de música en directo.