Hace más de cinco siglos, instaló sus reales en un río ubicado a una legua de distancia de Marbella. Desde entonces, ese río pasó a llamarse Río Real. Ayer lo hizo en el Casco Antiguo, intramuros de la ciudad, pero con el mismo objetivo; arrebatar el municipio a los musulmanes e integrarlo a las coronas de Castilla y Aragón.

El rey Fernando El Católico volvió ayer a transitar, a lomos de su caballo, las calles de Marbella. Acompañado de su tropa y su séquito, en el que se encontraba su hombre de confianza, el conde de Ribadeo, el monarca accedió a la plaza de la Iglesia, donde ayer, como hace cinco siglos, estaba el alcaide musulmán de la ciudad, Aguneza.

Las negociaciones sobre la rendición de Marbella que mantuvieron durante los días previos el Conde de Ribadeo y el alcaide musulmán se demoraban y Fernando, que aguardaba noticias en sus reales, estaba impaciente por avanzar hacia Fuengirola y consolidar el cerco a Málaga.

La toma de Ronda, un emplazamiento clave para la culminar de la Reconquista, había sido muy exigente y el rey no estaba dispuesto a que las tretas de Aguneza para demorar la rendición de Marbella se prolongara más de lo debido.

La partida de Fernando de Río Real, tal día como hoy de 1485, atemorizó a Aguneza, que creyó que el monarca aragonés se disponía a tomar la ciudad por las armas, y aceptó la rendición. Para conmemorar aquella jornada, San Bernabé, apóstol a quien el santoral le reserva los 11 de junio, pasó a convertirse en el Patrón de Marbella.

Las capitulaciones de Marbella que afectaban a la ciudad recogieron que los habitantes musulmanes podrían permanecer en ella. Los moradores que optaran por marcharse dispondrían de embarcaciones y víveres proporcionados por Castilla para regresar al norte de África. Por su parte, las tropas mercenarias procedentes de África del norte que vigilaban la ciudad al servicio de Aguneza tenían que entregar las armas para conservar la vida.

Sin opciones, Aguneza tuvo que firmar las capitulaciones y entregar a Fernando las llaves de Marbella. Una cruz ubicada en la calle Málaga, a poca distancia de la plaza en la que ayer se recreó la rendición de Marbella, señala el lugar en el que, según la tradición, Aguneza se postró ante el monarca católico para entregarle las llaves y aceptar las capitulaciones de los vencedores.

Otra de las huellas visibles del paso de los Reyes Católicos por Marbella es el Hospital de la Misericordia, al que los monarcas le dieron el privilegio de Real. El edificio se construyó por orden de Isabel La Católica para atender a los viajeros que llegaban al municipio o los enfermos que no vivían en la ciudad.

Los acuerdos de la rendición que tenían que ver con las alquerías, los campos y aperos de labranza que rodeaban la ciudad, se firmaron en Fuengirola y las condiciones fueron más ventajosas para los nobles que ayudaron a Fernando a tomar Marbella.

Con los estandartes castellanos ondeando intramuros de la ciudad, Fernando acudió a la ermita de Santiago, la parroquia cristiana más antigua de Marbella, a dedicar la victoria al apóstol. Después, se trasladó al Ayuntamiento para exponer, junto a concejales de la corporación municipal, el pendón de la ciudad e izar las banderas de Andalucía, España y Europa.

Es la primera vez que el municipio organiza la recreación de la conquista de la ciudad por parte de los Reyes Católicos. La iniciativa, impulsada por el Instituto Fernando El Católico, contó con la participación de unos 50 actores, entre nobles, soldado cristianos y musulmanes, músicos, doncellas o clérigos, y cuatro caballos. Algunos intérpretes se desplazaron desde Málaga, Granada o Madrid.

La rememoración de la entrada de Fernando El Católico, que congregó la atención de unas 300 personas, persigue «volver a las raíces históricas de la ciudad y en el futuro contar también con la participación de los ciudadanos», señala el concejal de Fiestas, Félix Romero.

El presidente del instituto, Antonio Díaz Aroca, subraya que la recreación histórica nace para «reivindicar la historia de Marbella, el orgullo de ser de aquí y todo lo que ha pasado en la ciudad durante la Edad Media». «Hay que poner en valor la figura del rey Fernando como el encargado de introducir a la España de la época en el Renacimiento. Espero que esta recreación histórica sea un éxito para que en el futuro pueda ser representada por vecinos de Marbella y sea acompañada de conferencias y conciertos», añadió.

El vicepresidente del instituto dedicado a profundizar en la obra de Fernando El Católico, Ángel Álvarez, encargado ayer de narrar los diferentes episodios de la recreación, destaca que el objetivo de la incitativa es recordar «ese momento, que, para la historia de Marbella, es un patrimonio cultural inmaterial de la ciudad». «Es una apuesta específica, muy concreta y que se caracteriza por su rigor histórico, además de ser una jornada de fiesta para los vecinos», agrega.

El Instituto Fernando El Católico se fundó hace un año en Marbella para tratar de difundir el legado de los Reyes Católicos en la ciudad. El colectivo negocia con el Ayuntamiento un emplazamiento en el que habilitar una biblioteca pública, dirigida especialmente a investigadores y estudiantes, con fondos relacionados con la obra de Isabel y Fernando y el periodo histórico en el que vivieron.