La compañía automovilística Seat celebró el domingo su 60 aniversario en un momento económicamente difícil, tras cerrar 2009 con unas pérdidas de 187 millones de euros, pero con la confianza en el futuro que le reporta ser la planta elegida por Volkswagen para fabricar el nuevo Audi Q3.

Seis décadas han transcurrido desde que Seat empezara a producir el mítico 600, el coche que motorizó España, hasta la asignación a la planta de Martorell (Barcelona) del nuevo todoterreno urbano de Audi, que será realidad el próximo año.

Dos modelos, el 600 y el Q3, que representan el pasado y presente de una compañía que asegura estar más preparada que nunca para el futuro.

"Seat ha acompañado la modernización de este país desde una perspectiva industrial, laboral y social", señala el actual presidente de la compañía, el británico James Muir.

La Sociedad Española de Automóviles de Turismo (Seat) nació en la primavera de 1950 de la mano de un conglomerado formado por el Instituto Nacional de Industria (INI), organismo público propietario del 51% del capital social de la empresa; de siete bancos españoles (42%) y del fabricante italiano Fiat (7%), que aportó además su asesoramiento técnico y la licencia de producción de sus modelos.

En mayo de 1953 empezaba a funcionar la cadena de montaje de la fábrica, levantada inicialmente en la Zona Franca de Barcelona, y el 13 de noviembre de ese año salía el primer vehículo construido por Seat: el 1400A, el equivalente de entonces a la actual berlina Exeo.

Sin embargo, fue en 1957, con el lanzamiento del 600, cuando Seat alcanzó su mayor cota de éxito. El modelo fue bautizado como "el coche del pueblo" y tal fue su popularidad que llegó a convertirse en el vehículo más vendido en Finlandia.

A pesar de que en los años 70 Seat logró convertirse en la mayor empresa industrial española, coincidiendo con la comercialización de otros exitosos modelos, como el 127 o el 133, la compañía encaraba los 80 con incertidumbre.

Fue entonces cuando Fiat vendió al INI sus acciones al precio simbólico de una peseta y la nueva Seat lanzaba al mercado una renovada gama de vehículos, como el Ronda, el Málaga, el Marbella o el Ibiza, el modelo estrella de la firma, del que la marca ha lanzado ahora su versión familiar.

Pero aún vendrían cambios cruciales para la compañía automovilística: en 1986 el grupo alemán Volkswagen adquiría el 51% de su capital, porcentaje que iría incrementando progresivamente hasta que en 1999 se hizo con la totalidad de las acciones.

Seat es ahora una marca joven, moderna y una pieza clave en el conglomerado alemán.

La firma, que cerró 2009 con unas pérdidas de 187 millones de euros, sigue gozando, por el momento, de la confianza de la multinacional germana, que el pasado año decidió adjudicar a la planta de Martorell la fabricación del nuevo Audi Q3, tras acordar los trabajadores en referéndum una congelación salarial.

"Gracias al esfuerzo de la plantilla hemos sido capaces de fabricar un coche Audi por primera vez en la historia de Seat. Volkswagen tiene plena confianza en Seat y tenemos que aprovecharlo", explica a EFE el presidente del comité de empresa, Matías Carnero.

Seat cumple mañana 60 años, pero se siente "más joven que nunca", según Muir.

La compañía se muestra optimista de cara al futuro, que encara con varios proyectos en cartera, entre ellos el liderar la movilidad eléctrica en España.

Por el momento, ya ha desarrollado íntegramente en su Centro Técnico de Martorell un prototipo de coche eléctrico bautizado como IBE Concept y encabeza el proyecto Cenit Verde, orientado a promocionar la "electromovilidad".

Pese a la crisis, pues, Seat augura "un futuro emocionante". "La marca accede a la madurez con una gama de productos consolidada, llevando a sus espaldas el valioso bagaje de la experiencia y preparada para afrontar los retos del mañana con garantías de éxito", según la empresa. También Carnero ve el mañana de Seat "prometedor y positivo". "Seat tiene otros 60 años más de futuro", sentencia el dirigente de UGT.