C.de Salamanca en San Pedro de Alcántara y su concesión Bentley nos ha permitido acercarnos a uno de los grandes mitos del Automovilismo mundial. Se trata nada más y nada menos que a la nueva propuesta para 2015 de Bentley. Leyenda tradición y cultura automovilística se dan cita en la marca británica y este este mito se renueva para los tiempos en que nos ha tocado vivir. Estos mandan y vemos que hasta las marcas más legendarias reducen cilindros para abrir nuevos clientes en sus modelos de entrada. Rebajar el número de cilindros es un gran acierto de los ingenieros de Bentley, naciendo un nuevo modelo de su Flying Spur al colocar bajo el capó el impresionante motor 4.0 V8 Biturbo originario de los modelos RS6, RS7 y S8 de Audi.

Sustituir una joya mecánica como el W12 no es tarea fácil, teniendo en cuenta el tipo de clientela que tiene este magnífico automóvil. El trabajo de los técnicos de la fábrica de Crewe da como resultado una dulcificación del explosivo V8 para que ofrezca el tacto que se le supone a una superberlina de lujo como es cualquier modelo Bentley.

Principalmente han trabajado en la dirección de ofrecer una alternativa mucho más suave en las respuestas que las del S8 de Audi. La potencia ha bajado de los 520 hasta los 507 CV, pero aumentando su par motor en 10 Nm (hasta los 660) para garantizar una respuesta irreprochabley superlativa a cualquier régimen del motor. La respuesta es más lineal en su comportamiento, el V8 es también más discreto que la de su hermano en Audi.

Los ingenieros también han trabajado en la adaptación de la suspensión para equilibrar la bajada de peso respecto al 12 cilindros del eje delantero y se ha rediseñado el mapa electrónico de la caja de cambios automática. Recordemos que es una ZF de ocho velocidades. El objetivo de mantener el nivel de sensaciones en el Flying Spur se ha conseguido de sobra, ya que la potencia fluye de manera inagotable, progresiva y silenciosa. Los cambios de marcha, que pueden realizarse manualmente mediante las levas tras el volante son tan discretos que cuesta darse cuenta de ellos si no miramos el indicador de la consola o el cuentarrevoluciones. El consumo ha bajado sensiblemente respecto al 6.0 W12 (unos cuatro litros a los cien), y ya se sitúa en cifras razonables para un coche potente, homologando 10,9 litros de media.

Sin embrago, lo que no ha cambiado en absoluto es una atmósfera interior, es una experiencia para los sentidos única. Mantiene el refinamiento exclusivo que solo los británicos saben imprimir en sus grandes berlinas de lujo. El equipo es semejante en la dotación de serie y en las opciones al del W12, es fantástico y fuera de lo normal pero sobresaliente en grado sumo. De hecho, exteriormente sólo podremos distinguir a este V8 de su hermano mayor en el fondo rojo sobre el que se asienta la B con alas de su anagrama frontal, una rejilla de distinto diseño y los escapes de con diseño ovalado.

Con sus 5,30 metros de largo, el Flying Spur V8 conserva unas prestaciones que pueden darle más de un susto a otro deportivo de lujo. Acelera desde parado hasta los 100 kilómetros por hora en solo 5,2 segundos y su motor sigue empujando como si no le costara el más mínimo esfuerzo hasta los 295 kilómetros por hora.

Pese a ser un coche de los más grandes, el Flying Spur se mueve con una agilidad que sorprende. Y más esta versión V8 que aligera el apoyo sobre las ruedas directrices. Las suspensiones regulables y autonivelantes impiden en gran medida que las inercias del coche puedan desestabilizarlo a pesar de sus 2.425 kilos de peso

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Como ya hemos dicho, el cambio no afecta al resto del coche en cuanto a suprema calidad. Su artesanal interior sigue siendo un emblema de la excelencia. Consideremos que todos los especialistas han sido formados en la factoría de Crewe. Además, cada uno de ellos, caso de la pintura, reciben la formación especial para realizar esta operación a mano, junto al tapizado en cuero o el ensamblado de madera. Y todavía en la marca inglesa, rica en tradiciones, estos conocimientos suelen pasar de padres a hijos. Todo un ejemplo.