"Hay que sacar el aspecto político de mi arte". El alemán Neo Rauch, que ayer inauguró una muestra en el CAC Málaga, quiere alejarse de la etiqueta socialista para que su pintura se contemple como realista.

Neo Rauch es una de las grandes voces de la pintura europea moderna. El artista de la ciudad alemana de Leipzig inauguró ayer en el Centro de Arte Contemporáneo (CAC) de Málaga una exposición de 25 pinturas, de gran formato en su mayoría, en lo que supone su primera muestra en solitario en España. Esas obras, de poderoso colorido y muy cercanas a la estética del cómic en muchos aspectos, estarán entre nosotros hasta el próximo 18 de septiembre.

"No he elegido Málaga; Málaga me ha elegido a mí. Y, por supuesto, no pude rechazar la oferta", declaró el autor de una obra que ha sido y sigue siendo calificada como "pintura socialista", debido a sus referencias industriales y manierismo de su ciudad de origen, algo de lo que dice estar bastante cansado. "Odio que se tilde mi pintura de socialista. Hay que sacar este aspecto político de mi arte", afirmó con rotundidad a la vez que se mostró conforme con que los expertos le encasillen como pintor realista, ya que esa sí es la esencia de su trabajo.

Rauch, cuyos referentes estéticos se encuentran en Paul Devaux, Oskar Shlemmer y René Magritte, entre otros, aseguró estar conforme con la implicación del artista en su tiempo, algo que, dice, nadie puede evitar: "Cuanto más ahínco se ponga en no estar comprometido más intensamente se está. Si la sociedad te empuja a huir de ella, esa misma huida es en esencia parte del tiempo en el que vive el artista; por eso no se puede evitar el compromiso".

Cielos. Uno de los aspectos realistas más destacados de la exposición del alemán, y de sus obras en general, es la representación del cielo, espectro que domina la mayoría de sus pinturas y que sirve de doble símbolo referencial: por un lado, revela el gusto por lo romántico, puesto que empequeñece a las personas que se contemplan bajo su manto, y por otro, el cielo es parte inseparable de sus paisajes. "Lo percibo tanto por una cosa como por la otra. El cielo es un campo de experimentación de excesos pictóricos", apuntó Neo Rauch, quien se mostró reacio a separar el interés estético del cómic del puramente comunicativo. "Para mí es una fuente de inspiración y no es fácil hacer esa separación a la hora de tomarla como tal", explicó.

Arte contra la corriente europeaNeo Rauch, que recientemente ha expuesto su obra en la prestigiosa Albertina de Viena y el Kunsthalle de Hamburgo, considera que la Unión Europea no puede aportar nada positivo al complejo mundo del arte, que basa su ser en la independencia del propio creador. De hecho, Rauch tiene la esperanza puesta en que el mundo del arte comience a reaccionar contra el intento institucional de homogeneizar todos los campos creativos dentro de las fronteras europeas. "Espero que la cultura reaccione, como siempre lo ha hecho, contra esta corriente europeísta. Es tradición del arte posicionarse siempre en el lado opuesto. Confío en que esa globalización no llegue a afectar a los artistas, ya que soy totalmente reacio a ese `esperanto´ de la creación", afirmó el pintor alemán.