Después de atravesar un gran número de parcelas de riego junto al cauce del río de la Miel, la carretera panorámica recién construida por el Ayuntamiento de Nerja se ve envuelta en fincas de aguacates a ambos lados de la calzada. Estamos ya cerca del límite con Granada y estas explotaciones subtropicales afrontan como pueden la segunda catástrofe meteorológica del año.

Al propietario, Manuel Jiménez, las heladas del invierno le respetaron un poco, aunque en un principio "parecía que todo sería una ruina". Pero justo cuando empezaban a brotar nuevas ramas en los aguacates, se le ha venido encima -como a muchos otros agricultores- la peor sequía que se recuerda en la zona.

"Sinceramente, lo primero que nos inquieta son los incendios. En los últimos años las llamas se han acercado más de una vez a la finca y con tanta falta de lluvia estamos muy asustados todos". Tampoco está garantizado indefinidamente el suministro para el riego de los cultivos. "Es el segundo aspecto que nos preocupa, la reserva no nos dará para todo el próximo invierno. Tiene que llover lo antes posible para no sufrir más".

Y es que la espera es demasiado larga para un cultivo poco adaptado a las sequías. "Puede ser ciertamente paradójico, pero las heladas no nos causaron aquí en la zona de Cantarriján tantos daños como los que ahora se nos vienen encima, y además sin posibilidad de maniobra".

La preocupación no alcanza el mismo nivel dentro del Ayuntamiento. La Concejalía de Agricultura pide calma y asegura que las reservas serán suficientes hasta el próximo año, pero la Concejalía de Infraestructura acaba de tomar por su cuenta la determinación de mejorar el abastecimiento en origen, para paliar la actual sequía.

Manuel Jiménez explica que la gran amenaza para sus cultivos está en que sea necesaria una aportación extraordinaria para garantizar el suministro a la población. "Pero es una posibilidad más remota, porque antes que traer los camiones cisternas a esta zona hay espacios con bastante agua a lo largo del cauce del río Chíllar". Mientras, este campesino no deja de observar el cielo, a la espera de las ansiadas lluvias.