El cabo responsable del Gemac, el mismo que se encuentra imputado en un juzgado por firmar el informe sobre la vida de la concejala Rosa Agüera, firma ahora otro informe que ha servido para destituir a un agente.

El cambio la semana pasada de dos policías locales que fueron destituidos del Grupo de Escoltas Menores y Acción Ciudadana (Gemac) del Ayuntamiento de Málaga, vino precedido de un parte interno firmado por el cabo Rafael Rubio, el mismo que redactó y firmó el informe sobre la concejala Rosa Agüera. En el parte advierte a uno de los agentes destituidos que "dejará de hacer horas extras" en el servicio extraordinario que se monta para controlar la venta y consumo de alcohol a los jóvenes, por sus "resultados mínimos".

Lo sorprendente de este parte interno es que el cabo del Gemac que lo firma hace una encendida defensa de las horas extraordinarias en contraposición al "servicio ordinario", es decir a las ocho horas de jornada laboral diaria. De esta manera el cabo del Gemac señala que en el servicio ordinario "no se exige un esfuerzo desmesurado, ni fuera de lo normal", "ni siquiera un ritmo de trabajo activo", únicamente, afirma el cabo, "se pide que se cumpla".

Dependen de las horas. Sin embargo, según este oficial, en el servicio extraordinario, el que se paga a un precio bastante superior, "se debe exigir, como mínimo, que se cumpla algo más que en el ordinario". La razón no es otra, según señala el cabo en su informe, que el mayor valor económico de las horas del servicio extraordinario que hace que haya "muchos policías que su economía depende en gran parte de esas horas extra", motivo por el cual afirma en su informe: "No voy a permitir que algunos lo malogren".

El firmante del escrito, dirigido a dos policías del Gemac que patrullan en el servicio de prevención de alcohol a menores, recuerda que el servicio "hace un par de meses la Jefatura decidió" retirarlo, "costó un gran esfuerzo mantenerlo, pero al final se consiguió, los mandos exigimos que fuese extraordinario para que todos los policías tuvieran la oportunidad de generar unos ingresos extraordinarios en sus nóminas". "Para poder mantener este servicio hay que sudarlo, es decir, hay que obtener un resultado mínimo, pero un resultado al fin y al cabo", escribe.

Relevos. El informe sirvió para destituir días después a uno de los agentes, lo que fue denunciado por el sindicato UGT, al que pertenece. El segundo permanece en su puesto.

En el informe, el cabo Rafael Rubio culpa a los dos policías de poner en peligro la continuidad de ese servicio extraordinario debido a sus escasos resultados durante una noche de patrulla.

En concreto, les recrimina que "en seis horas de servicio" no hayan identificado a ningún menor consumiendo alcohol o drogas, o a un mayor consumiendo estupefacientes, que no hayan identificado a nadie con arma blanca y se pregunta si "no es posible que en todo el Centro no exista un establecimiento que expida alcohol después de las 22.00 horas (...) qué ocurre, se marcharon todos y cerraron todos los establecimientos o es que está todo tan controlado que el servicio en sí no tiene razón de ser, a lo mejor es necesario poner el servicio ordinario".

Culmina su informe advirtiendo: "Espero que cambiéis de actitud" pues en caso contrario "dejaréis de hacer horas".

La advertencia se cumplió en parte pues pocos días después uno de los dos agentes señalados fue relevado de su puesto en el Gemac y enviado a la comisaría de Carretera de Cádiz.

El mismo día fue también destituida la agente encargada de despachar con el intendente mayor Juan Ferrer los temas de personal, por orden de este último. Sin embargo, el oficial Rubio le exigió en varias ocasiones que dejara de hacer esa función "y le amenazó con tomar represalias". Días antes de su relevó "le conminó en público a que dejará de despachar con Ferrer o en 48 horas estaba fuera del Gemac. Y así ha sido", indicaron fuentes del UGT.