En épocas veraniegas es habitual verlos en cualquier terraza de un bar. Decenas de huesos de aceituna entre los restos de las tapas y los tubos de cerveza de una comida copiosa. Ahora pueden tener una utilidad que va más allá de engrosar el cubo de la basura de un hostelero. Producir calor. Un nuevo tipo de combustible que está siendo explotado por todas aquellas empresas dedicadas a esto de la producción limpia y renovable, la biomasa.

"Cualquier elemento natural biodegradable sirve. Restos de poda de olivar, huesos de aceitunas como comentamos, cáscaras de almendra y de pistachos, restos de madera", resaltó el gerente de la compañía antequerana Antikaria Solar, Mario de la Torre, empresa especializada en la instalación de este tipo de calefacción.

El nuevo método para la obtención de calor en el hogar permite poner en valor un elemento que por tradición y origen es característico de la zona sur de España, el fruto del olivo. "Y es que hasta la fecha los desechos que se generan en la almazaras tras la molturación de las aceitunas eran malvendidas por los cooperativistas o exportados a países europeos que si que tienen más tradición en esto de obtener energía a través de la biomasa", continúo el socio De la Torre, Alejandro Páez, gerente de otra compañía especializada en la producción de energía renovable, Instalasol Renovables.

Ambos antequeranos se han unido y ya han llegado a acuerdos con varias almazaras de la comarca norte que les permitirá proveer a sus clientes de los huesos de aceituna que sean necesarios para poner en marcha las calderas de biomasa. Un nuevo sistema de calefacción que permitirá echar el cierre a las tradicionales calderas de gasóleo, mucho más caras y medioambientalmente "muy negativas" para el entorno.

Envasadores. "La caldera que comercializamos es una caldera doméstica, ya que industrialmente este combustible si es más conocido. Pero nunca se había apostado de una forma tan evidente por el terreno de la producción energética renovable en el hogar", continúo Páez, quien detalló que ya tienen el certificado del Gobierno para constituirse como envasadores oficiales de huesos de aceituna.

En el municipio de Mollina De la Torre y Páez han levantado una nave donde ya tienen almacenados más de 50.000 kilos de huesos de aceituna. "El principal problema que tenían los vecinos que apostaban por instalar este nuevo sistema de calefacción en su vivienda era la complicación para obtener la materia prima que genera el calor. Este inconveniente desaparece porque a través de nosotros contarán con todo los huesos que necesiten", puntualizó Páez.

De media, una caldera tipo de biomasa requerirá anualmente unos 4.000 kilos de huesos de aceituna, que serán vendidos por los emprendedores antequeranos en paquetes de unos 15 kilos.

"Para el bolsillo también supondrá un gran ahorro. No hace falta más que pensar el precio que alcanza actualmente un litro de gasóleo para calefacción, superior al 1,15 euros. Para obtener la misma cantidad de calor que desprende este combustible serán necesarios dos kilos de huesos de aceituna, que actualmente en el mercado no alcanzan ni los 16 céntimos", dijo De la Torre.

Así, el futuro de la producción energética tiene desde hoy nombre y apellidos: "aceitunas con hueso, por favor", concluyen.