El Caminito del Rey, que ofrece la posibilidad de pasear a cien metros de altura en uno de los parajes naturales más espectaculares de la provincia de Málaga, se ha convertido tras años de abandono en un lugar prohibido al que sólo los más osados acceden arriesgando sus propias vidas.

La senda, de tres kilómetros de longitud, fue construida entre 1900 y 1905 como camino de servicio para la Central Eléctrica por prisioneros y Alfonso XIII la recorrió en 1921 para asistir a la inauguración de la presa del Conde del Guadalhorce, razón por la que adquirió dicha denominación. Está colgada de las paredes del Desfiladero de los Gaitanes y junto al pantano de El Chorro, y ha sido testigo de la muerte de varios montañeros en los últimos años por realizar tan arriesgada travesía.

El riesgo que suponía su libre acceso, motivó que se volasen sus distintas entradas en 2001, para evitar que excursionistas y curiosos accediesen a él, "aunque no se consiguió el propósito", aseguró a Efe Juan Calderón, el alcalde de Ardales, municipio al que la empresa eléctrica Sevillana cedió los terrenos en 2002.

El Caminito del Rey es una senda "aérea" de apenas un metro de anchura, cuenta con largos tramos y está edificada sobre la garganta del Chorro y a una distancia que en algunos tramos supera los cien metros sobre el río.

La piedra que conforma el sendero posee grietas y algunos agujeros ponen en peligro el paso de los excursionistas, que deben utilizar un arnés para efectuar el camino, puesto que éste es "muy inseguro".

Su deterioro llevó a que en 1995 se ejecutara un proyecto de rehabilitación y que se consignara una partida superior a los 800.000 euros en los presupuestos de la comunidad autónoma, que no pudo ejecutarse puesto que el Consejo Provincial de Medio Ambiente desestimó el proyecto.

Restauración. Calderón explicó que hace "más de dos años" que el Gobierno andaluz anunció que incluiría una partida económica en los presupuestos de 2006 para terminar y actualizar el proyecto de restauración del paraje, y "hoy por hoy", el paraje sigue en las "mismas o peores" condiciones que cuando se clausuró.

"Es un bien incalculable, muy valioso para Ardales, por lo que pedimos que se arregle cuanto antes", destacó el alcalde, quien aseguró que pese al riesgo que entraña el sendero, sigue siendo un lugar muy visitado, no sólo por españoles, sino que también por extranjeros.

Además, afirmó que el año pasado se tapiaron de nuevo las entradas, ya que el paso de tantas personas había "desgastado" su cierre y lo había convertido, de nuevo, en un lugar "accesible", por lo que es "necesario" que se actúe en la zona, ya que la gente no va a "dejar de acudir".

El alcalde de Ardales informó que las obras de restauración no supondrían "más que un año", por lo que insistió en que el arreglo del paraje es "prioritario" para el turismo en la comarca del Guadalhorce. Por su parte, el presidente de la Diputación, Salvador Pendón, declaró que tiene la "esperanza de que de una vez por todas" se alcance la solución que desde hace años se ha buscado.