Un total de 10.500 alumnos de Educación Infantil y Primaria comienzan hoy el curso escolar en Marbella. Y, un año más y nada más empezar, la primera suspendida es la administración pública. Cuatro de los 22 colegios de la localidad abren sus aulas sin haber concluido la remodelación integral gestionada por el Ayuntamiento, a través de los fondos estatales procedentes del plan de inversión local.

En concreto, se trata de los colegios Gil Muñiz, Los Olivos, Rafael Fernández Mayoralas y José Banús. Estos cuatro centros forman parte de los 19 reformados a lo largo del verano con un presupuesto superior a los 2,5 millones de euros. Una medida que ha permitido solventar los graves problemas que presentaban sus antiguas instalaciones como, por ejemplo, goteras, desconchones o ventanas oxidadas.

"Este plan no se ha limitado a dar un lavado de cara sino que ha contemplado una rehabilitación en profundidad", destacó ayer la alcaldesa, Ángeles Muñoz. Pero la rehabilitación ha llegado tarde para algunos, según los grupos políticos de la oposición.

El retraso de los trabajos en el colegio Gil Muñiz es uno de los más preocupantes, en opinión de la presidenta de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Marbella, FAPA Mainake, Ana María Cruzado. "Las obras empezaron el 19 de agosto y a día de hoy aún no están construidos todos los cuartos de baño", dijo.

La portavoz del PSOE en el Consistorio marbellí, Susana Radío, criticó a la regidora por la "mala gestión" que ha hecho de los fondos públicos. Por su parte, el portavoz de IU, Enrique Monterroso, denunció la precariedad de los medios con los que cuentan los usuarios de los centros públicos y la falta de planificación por parte del gobierno municipal.

Una falta de planificación que el Partido Popular también le achaca a la Junta de Andalucía. La escasez de centros de educación públicos vuelve a tener como consecuencia directa la masificación de las aulas. De nuevo, habrá alumnos que tendrán sus pupitres en el seno de un aula prefabricada. Eso sí y como buena noticia, este año serán menos. En principio y según Ángeles Muñoz, tan sólo se instalarán dos aulas prefabricadas en todo el municipio: una en el colegio Valdeolletas y otra más, en el centro educativo Santa Teresa.

El curso pasado, por contra, se llegaron a contabilizar hasta cinco aulas prefabricadas. La disminución se debe sobre todo a la remodelación de los centros, fundamentalmente, pero, ante los ojos de algunos padres, insuficiente a todas luces.