Disney, Warner, Universal... son nombres muy conocidos del mundo del ocio y el espectáculo que, de un modo u otro, se han llegado a relacionar con diversos proyectos de parques temáticos en la provincia. El proyecto más viejo, y que fue el más ambicioso, es el que planteó Disney para construir su primer parque en Europa. Todos sabemos que París fue la ciudad elegida para levantar Eurodisney, pero no fue la primera opción. Estepona estuvo a punto de ser la sede de Eurodisney. De hecho llegó a la fase final junto a Almería, Jerez y París. Las buenas conexiones de la capital francesa y su nombre pudieron a otros atractivos que ofrecía la localidad costasoleña, que era la primera opción española. Los terrenos donde iba a construirse este macro parque terminaron acogiendo Selwo, algo más humilde en sus pretensiones pero parque temático, al fin y al cabo.

Málaga capital también estuvo pujando por acoger un parque temático, al estilo clásico de atracciones y hoteles, al comienzo de esta década. Entre los años 2001 y 2003 se fue anunciando un reguero de reuniones, intereses de hasta siete grupos inversores, tres de ellos extranjeros y propuestas para levantar un complejo de ocio de un millón de metros cuadrados y 600 millones de euros de inversión.

Incluso se llegaron a plantear dos posibles ubicaciones, una en el Puerto de la Torre y otra en la zona Este, al norte de la ronda de circunvalación: el polémico espacio que el Ayuntamiento de Málaga quiere urbanizar ahora con poca densidad y a lo que la Junta se niega en redondo.

Los proyectos iban acompañados de importantes desarrollos residenciales, una vez recalificados los terrenos. Incluso se llegó a hablar de 10.000 viviendas que darían la viabilidad económica para este proyecto. Al final se fueron diluyendo las distintas propuestas. La negativa de la Junta de Andalucía a alterar la calificación de suelos rurales, los precios que se dispararon y las elecciones municipales de 2003 terminaron por dejar estos proyectos en el olvido.

Ha habido otros intentos, más discretos, como un centro acuático y delfinario que el Ayuntamiento intentó promover con inversión privada en el Campamento Benítez. O proyectos que han intentado desandar el camino, como Selwo, cuando el Ayuntamiento de Estepona estuvo a punto de aprobar su recalificación a urbanizable, antes del ´caso Astapa´. Algo parecido pasó con Tivoli, que aguanta y es todo un icono.