Con machete, cincel y muy buena voluntad. Esos son los medios de los que disponen en el mejor de los casos los bomberos voluntarios que trabajan en poblados rurales de Paraguay para rescatar a las personas que quedan atrapadas o malheridas en sus vehículos como consecuencia de un accidente de tráfico.

De hecho, muchos afectados llegan a perder la vida no por el accidente en sí, sino por la lentitud que acusan estos bomberos ´improvisados´ por la falta de medios profesionales a la hora de ayudar a las personas que necesitan auxilio.

"Vamos a formar a estas personas, que gozan de muy buena voluntad y de ganas, en técnicas profesionales a la hora de asistir un accidente de tráfico; les vamos a facilitar los medios idóneos, en concreto un equipo excarcelación, y vamos a atender cada una de sus demandas y dudas", detalla el jefe del Parque Comarcal de Bomberos de Antequera, José Espinosa. A través de la ONG Bomberos en Acción, este bombero inicia a partir del 14 de abril una campaña de cooperación al desarrollo en poblados del país sudamericano, que también persigue dotar de plantas potabilizadoras de agua y de material sanitario a diferentes comunidades de la zona.

El respaldo económico sigue siendo esencial para "ayudar a los que más lo necesitan". La subvención con la que cuenta esta ONG ha sido facilitada, en parte, por el Ayuntamiento de Antequera, que en conjunto aporta 70.000 euros (el 0,7% del presupuesto) a proyectos de cooperación en país del Tercer Mundo impulsados por cuatro asociaciones. Así, junto a Bomberos en Acción, se incluyen proyectos solidarios de Cruz Roja, de Prolibertas y de la Asamblea de Cooperación por la Paz.

Una ayuda que en los llamados "países desarrollados" puede parecer escasa, pero que en las zonas más necesitadas se "multiplica hasta por cinco", en palabras del alcalde de Antequera, Ricardo Millán.

Guardería. Con este dinero se podrá levantar una guardería para 500 niños en Lima, en un asentamiento humano sobre un estercolero. Esta iniciativa es impulsada por la ONG Prolibertas, que atiende a 5.000 vecinos con necesidades diversas en este enclave poblacional no cuantificado y atendido por el gobierno del país. "Las mujeres están medianamente organizadas y cuando unas trabajan otras cuidan a los hijos de todas. Pero cuentan con grandes limitaciones en sus hogares, que solventaremos con esta guardería", dice el responsable de Prolibertas, Antonio Aurelio.

En este panorama entran en juego necesidades tan básicas para la población como la "comida y el agua potable". En el mismo lago en el que se lavan también beben los vecinos del poblado rural de Marinilla, en Colombia. Un situación que provoca "infecciones" de consideración entre una población de casi 200 personas. La ONG Asamblea de Cooperación por la Paz proyecta en la zona, gracias a una subvención de 12.000 euros del Consistorio antequerano, una actuación de mejora de las condiciones higiénico-sanitarias de estos vecinos, a través de la construcción de pozos asépticos que depurarán el agua antes de que ésta sea usada para consumo humano.

Y además de nuevas infraestructuras "medianamente desarrolladas", en muchos casos estas personas carecen de formación para salir adelante. Cruz Roja respalda un ambicioso proyecto de impulso de la formación e información para los vecinos de un poblado de Nicaragua, que permitirá atender a 2.000 personas, 800 de ellas mujeres. "No se trata de limosna, sino de colaborar", dice María García, de Cruz Roja. Colaboración que es agradecida por estos vecinos con una sincera sonrisa.