Tradición y devoción se unieron ayer en Coín para celebrar como cada año la fiesta local del día de la Cruz. Cada 3 de mayo, los vecinos del municipio se levantan temprano para decorar sus calles con cruces hechas de flores y engalanar las puertas y las fachadas de sus casas con macetas y palmas.

Durante todo el día, la fiesta está en la calle. En torno a las cruces, los vecinos se reúnen para compartir una jornada de convivencia después del trabajo realizado para entrar además en el concurso que tiene como premio principal que el Santísimo Cristo del Perdón y la Vera Cruz pernocte el año que viene en la calle ganadora.

Esta es una muestra de la gran devoción que tienen los coineños al sagrado titular perteneciente a la hermandad con más historia del pueblo, la hermandad del Santísimo Cristo del Perdón y la Vera Cruz y Nuestra Señora de la Esperanza.

A mediodía, el Santísimo Cristo del Perdón y la Vera Cruz realizó el tradicional recorrido por las calles de la localidad que fueron decoradas para la ocasión, siguiendo la alfombra verde de juncos que caracteriza esta tradición. Principalmente son mujeres las que portan a hombros a Cristo Crucificado antes de ser entronado para su posterior salida en procesión.

Tras su paso, los vecinos continúan celebrando este día 3 de mayo en las calles, donde se unen niños y mayores compartiendo fiesta y costumbres populares que se han heredado de generación en generación a lo largo de la historia del pueblo.

Ya por la noche, los hermanos del Cristo del Perdón y la Vera Cruz tenían todo preparado para vivir su día más grande y ver a su Cristo en la calle. La procesión partió desde la plaza Bermúdez de la Rubia y recorrió el centro de Coín con el acompañamiento de los numerosos fieles que esperan con gran ilusión este día tres de mayo, día grande para Coín.