La vida contemplativa, de recogimiento y oración que se desarrolla principalmente en los conventos de clausura, no pasa por su mejor momento por la falta de vocaciones.

En la provincia apenas funcionan veintiún conventos de clausura, según José Ferrary, vicario episcopal para la Vida Consagrada de la Diócesis de Málaga, la mayoría con muy pocos religiosos, que se mantienen con los traslados desde otros puntos de España, Latinoamérica y África. «Las comunidades no son numerosas y se han cerrado algunos conventos, por falta de religiosos o circunstancias históricas», afirma Ferrary, aunque se muestra optimista y espera que en un tiempo no muy lejano resurja la clausura.

Ante la falta de vocaciones no es efectiva ningún tipo de campaña ya que «aquí no se capta a nadie para que ingrese en un convento, ya que se trata de una decisión y una voluntad muy personal, atendiendo a la llamada que Dios nos hace».

No obstante, hay congregaciones que no presentan un déficit de religiosas, como Las Descalzas de Antequera y Málaga capital, o Las Carmelitas de Torremolinos, donde son más numerosas y con una media de edad más joven, en comparación con otras de la provincia, como las de Ronda. Según Ferrary, quienes ingresan en estos conventos se desenvuelven en la austeridad porque quieren «vivir de manera pobre», y para su subsistencia se dedican al bordado, la enmarcación de publicaciones y documentos y a la elaboración de dulces y mantecados.

La Axarquía

El pasado año, las monjas de la orden de las Clarisas cambiaron su lugar de clausura, trasladándose desde el antiguo convento de la calle Félix Lomas, del XVI, a la carretera de Arenas, donde estrenaron monasterio. Las Hermanas Clarisas permutaron hace unos siete años el deteriorado convento a la empresa Conclave Nostrum, para construir el nuevo edificio, contando con 7.000 metros de zona de clausura. Actualmente, la comunidad está formada por doce monjas de clausura procedentes de la zona a excepción de dos, que son de la India.

El convento Nuestra Señora de Gracia o convento de Las Claras data del año 1555 y está declarado Bien de Interés Cultural (BIC). Avanzando hacia el centro de Vélez Málaga se encuentra el Real convento de Santiago o convento San Francisco, el más antiguo de la comunidad franciscana en la provincia. Actualmente, hay cuatro franciscanos en la localidad. El Ayuntamiento y la comunidad han firmado un documento que posibilita al Consistorio hacer uso del patio del recinto para eventos culturales.

En pleno centro, y situado enfrente del Ayuntamiento de Vélez, se encuentra el convento de las Carmelitas, compuesto por un total de nueve monjas de clausura.

En la localidad de Torrox se alza el convento de Nuestra Señora de las Nieves. Actualmente el monumento pervive como edificio público, y alberga las dependencias de las concejalías de Cultura, Juventud y Mujer, además de servir de recinto para actos públicos.

Guadalhorce

En la comarca del Guadalhorce hay varios conventos, algunos albergan alguna comunidad y otros se conservan como monumentos. En Coín uno de los principales edificios históricos es el antiguo convento de Santa María de la Encarnación, usado actualmente como espacio cultural. El conjunto es el resultado de una serie de construcciones que a lo largo de varios siglos se fueron añadiendo a la iglesia y a la torre campanario originales. Su origen se remonta al siglo XVIII, cuando se habilitó para albergar un convento de Clarisas. Pero hace 25 años que las monjas de clausura franciscanas se trasladaron al nuevo convento de Santa Clara.

En Pizarra, Don Pedro de Soto y Domecq, V Conde de Puerto Hermoso, descendiente de los antiguos fundadores de la Villa, fue el fundador del convento de las Hermanas de la Cruz. Al ingresar como monje Cartujo, quiso dejar constancia del amor que sentía hacia la Villa y estableció esta obra a favor de los enfermos, pobres y necesitados. En octubre de 1955 las Hermanas de la Cruz llegaron a Pizarra, y el 15 de octubre de ese mismo año se inauguró la casa. En el municipio de Álora destaca el convento de Nuestra Señora de Flores, construido en el siglo XVI. A finales del mismo, los Franciscanos Recoletos fundaron el convento donde estuvieron hasta 1835. Ahora el convento es lugar de culto religioso a la Virgen de las Flores.

Antequera

En el municipio de Antequera a fecha de hoy apenas 50 monjas de clausura viven en alguno de los cinco conventos de vida contemplativa que siguen en activo. Un sexto tuvo que cerrar sus puertas hace unos años por falta de religiosas. En este recorrido, el convento de la Encarnación de las Carmelitas Calzadas es uno de los más antiguos de la ciudad. Aquí viven unas doce monjas, que dedican su día a día a la elaboración de dulces y a las actividades de bordado. Avanzando un poco más se encuentra el convento de San José, de las Carmelitas Descalzas, fundado en 1632. En la actualidad, la comunidad se compone de 14 monjas de clausura, que se dedican a labores de encuadernación y a la fabricación de dulces. Como curiosidad, cuatro monjas están especializadas en digitalizar tesis doctorales mecanografiadas de la Universidad de Sevilla.

Por su parte, el convento de Santa Catalina de Siena pertenece a la orden de las Dominicas. La primitiva iglesia fue sustituida por la actual, que es obra del alarife Andrés Burgueño. Aquí se mantienen en activo diez monjas de clausura, expertas en bordar en oro.

A partir de aquí se llega al convento de Santa Eufemia, fundado por las religiosas Mínimas en 1601. Muy cerca se sitúa el convento de Belén, que perteneció a los Carmelitas Descalzos hasta el siglo XIX, fecha a partir de la cual pasó a ser ocupado por las religiosas Clarisas. Estas monjas de clausura se dedican a labores artesanales, entre ellas la elaboración de mantecados y dulces en general.

Completando el recorrido de los conventos de clausura se encuentra el de Madre Dios, fundado por las Agustinas en 1520, aunque cerrado hace tres años por falta de religiosas.

Entre los conventos de vida activa destaca el de Nuestra Señora de Loreto, regentado, tanto el colegio como la iglesia por las religiosas Filipenses de Nuestra Señora de Los Dolores. Por su parte, el convento de la Victoria perteneció inicialmente a los frailes Mínimos de San Francisco de Paula, quienes lo abandonaron tras la Desamortización. Actualmente es ocupado por la congregación de religiosas Terciarias.

Ronda

El convento más representativo de la ciudad del Tajo es el de Santo Domingo, aunque en honor a la verdad hace ya mucho tiempo que perdió su actividad religiosa y en los últimos siglos ha sido utilizado para diferentes fines, tanto comerciales como culturales. Actualmente funciona como el Palacio de Congresos y Exposiciones de Ronda, es sede de los Cursos de Verano de la Universidad de Málaga, a la vez que acoge el archivo histórico.

Por otra parte, en la ciudad del Tajo mantienen sus actividad religiosa y de recogimiento cuatro conventos de monjas; tres de clausura: Las Carmelitas de La Merced, las Clarisas y las Franciscanas, así como las Hermanas de la Cruz. Cuentan en su conjunto con unas 26 religiosas, que además de a la oración, dedican su tiempo a la elaboración de dulces típicos, remiendo y costura de prendas, así como a la encuadernación de documentos y publicaciones.

Costa del Sol

En Torremolinos, la orden de Las Carmelitas Descalzas es la única fundación que permanece abierta en el municipio desde que en 1964 la Madre Maravillas fundara el templo de la orden del Carmelo en la localidad. Situada justo en frente del Parque de la Batería en Montemar, es un convento muy visitado ya que es uno de los siete que la Madre Maravillas fundó en toda España. Las monjas de allí viven de sus labores de costura, hacen trajes de bebé y pintan cuadros.

En Estepona, las hermanas Carmelitas llevan viviendo allí desde hace 22 años. El convento se fundó por el obispo de Málaga Ramón Ferrer y se sitúa en un chalé en pleno campo en la zona de Guadalobón. En un principio vivían ocho hermanas, pero en estos momentos viven seis y sólo una de ellas es española. Estas hermanas se dedican a la venta de dulces para poder subsistir. Sin embargo, esta actividad apenas les da para subsistir, por lo que han creado una casa de oración en la que pueden alojarse familias por 20 euros al día por persona. Toda una innovación.

La ciudad de Marbella hace más de cincuenta años no tenía religiosas. El 5 de junio de 1952 el Consejo Inspectorial de las Salesianas de Sevilla propuso la creación de una nueva casa. La congregación no tardó en poner en marcha actividades educativas. La primera comunidad de hijas de María Auxiliadora llegó en agosto de 1953.

El número de alumnas creció hasta quedarse pequeño el centro. Las monjas buscaron una solución en unos terrenos al norte de la localidad.