No hacía 40 grados a la sombra, pero casi. El sofocante calor que se vivió ayer en el municipio de Antequera no es nuevo, pero no por ello deja de causar estragos en los vecinos de esta localidad interior de la provincia de Málaga.

Sombrillas, botellas de agua y el tradicional abanico son los abalorios más comunes entre los vecinos de esta ciudad, que durante estos días de sofocante calor –ayer fue activada la alerta amarilla– evitan salir a la calle en las llamadas horas punta, desde las doce del mediodía hasta las seis de la tarde.

Los que no pueden evitarlo son los obreros y los trabajadores acostumbrados a «patearse» la ciudad para el desempeño de su labor. El cartero del barrio de San Miguel ayer no sabía con qué carta abanicarse. «Es insoportable, he trabajado en otras ciudades de Costa y como el calor que se vive en estos municipios del interior en ningún sitio. No es el terral agobiante de Málaga, pero creo que es peor», afirmaba Antonio mientras accedía al portal de un edificio, lugar en el que aprovecha para descansar y refrescarse.

El ruido que crean los aparatos de aires acondicionado a pleno funcionamiento era casi el único sonido que se escuchaba ayer a las tres de la tarde en las calles de la ciudad. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) confirmó que la máxima de ayer rozó los 36 grados centígrados, y la mínima se situó en los 25,4 grados, datos recogidos desde la estación meteorología ubicada en Bobadilla Estación. No obstante, la sensación de calor era mucho mayor.

«En estos días casi no salgo a la calle y tengo todo el día el ventilador puesto. El peor momento lo sufro a las dos de la tarde. Cuando salgo de trabajar y tengo que recorrer las empinadas calles que me llevan hasta mi casa. Ya no sé que ropa ponerme para ir fresco al trabajo pero decente... A veces es un problema», explicaba el administrativo Antonio Jesús Palomo, de 21 años.

Otros no tienen «grandes» responsabilidades durante el verano, pero no pueden salir a la calle a jugar, como sería propio de su edad, por temor a sufrir una insolación. «Nos vamos cada día a casa de un amigo, sobre todo a la de aquellos que tienen aire en casa. A veces también vamos a la piscina, pero todos los días no es posible por el dinero», dice Francisco Molina, de 12 años.

A este calor se sumaron rachas de viento que en la madrugada del miércoles llegaron a alcanzar los 73 kilómetros por hora. La fuerte ventolera provocó más de una veintena de incidentes como el desprendimiento de tejas, antenas y ramas de árboles, que por la mañana temprano dejaban una estampa «dantesca» en la ciudad.

«Se activó un operativo integrado por Policía Local, Protección Civil y Bomberos para evitar males mayores, pero no nos consta que se hallan producido daños personales», aclaró el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Antequera, José Luis Ruiz Espejo.

Las plazas de la ciudad ahora están desiertas. Los más osados se atreven a salir un poco por la noche. Con la fresquita, que le dicen.

La alerta amarilla por calor continuará activada hasta las 20.00 horas de hoy.