Se llaman Leo, Ana y Luna. Pesan 3,100, 2,300 y 2,400 kilos respectivamente. Solamente tienen seis semanas de vida, pero ya se les conoce como los trillizos de Benalmádena, que es donde viven. Son los hijos de la familia formada por Rocío Cendal y Viki Jiménez, un matrimonio de lesbianas al que el destino ha colmado de felicidad.

Los bebés nacieron por cesárea el pasado 23 de septiembre en el hospital Materno Infantil de Málaga. Durante tres semanas estuvieron en la incubadora, debido a su bajo peso corporal. Pese a ello, Rocío, la madre biológica, confiesa que «fue un embarazo de lujo, todo salió perfecto». Todos gozan de un excelente estado de salud.

El triple nacimiento fue fruto de un embarazo muy deseado por ambas mujeres. Rocío, madrileña de 34 años, intentó en un principio quedarse embarazada en varias clínicas privadas. Después de seis intentos, probó suerte por la vía pública, en el hospital Materno Infantil de Málaga, donde se sometió a un tratamiento de reproducción asistida mediante fecundación in vitro.

Gracias al semen de un donante anónimo, a las primeras de cambio, Rocío cumplió su sueño de quedar en estado.

Lo que no esperaba ella ni su esposa Viki, malagueña de 42 años, era que tendrían tres hijos a la vez en lugar de uno. «Nunca jamás pensamos que serían trillizos. En verdad creíamos que eran gemelos», confiesa Rocío. Pronto se enteraron de la triple noticia. «Por poco me da un soponcio, aluciné, tardé varios minutos en reaccionar», rememora la joven.

Bienvenidos a Benalmádena

Ayer, los tres pequeños, Leo, Ana y Luna , visitaron por primera vez el Ayuntamiento de Benalmádena. El alcalde, Enrique Moya, junto a varios concejales de su equipo de gobierno, quiso rendir un homenaje cariñoso a los trillizos para darles la bienvenida al municipio, ya que «son los primeros nacidos en esta legislatura y no es cosa común».

Por ello, sus madres, que llevan tres años viviendo en Benalmádena, recibieron una placa, un detalle floral, tres diplomas para los pequeños y tres cunas de viaje de regalo. «Estamos encantadas con este recibimiento y de vivir en este pueblo. Ahora, con nuestros tres hijos, lo vamos a pasar mejor que nunca, aunque a veces nos faltan manos para atenderlos a todos», afirmó Viki.