Las obras de la piscina cubierta de Torrox ya han finalizado. En apenas unas semanas estará además instalado el sistema que sustituye el cloro por un mecanismo de reciclaje mucho más seguro y ecológico, pero ahora, a juicio del concejal de Urbanismo, José Luis Pérez Moreno (IU), es tiempo de hacer balance del coste de esta infraestructura, inicialmente abierta y reformada casi desde su base.

El edil ha denunciado que con la última inversión, que supera el medio millón de euros, el presupuesto marcado a priori «prácticamente» se ha duplicado. «Es la consecuencia de que el Partido Socialista no decidiese dejar al aire libre esta piscina, junto al casco histórico, y haber empleado ese dinero en crear una nueva en otra zona del municipio», explica. Desde un inicio, esta reforma ha marcado sus plazos con múltiples contratiempos. La primera adjudicataria, Climocubierta, se declaró en concurso de acreedores y durante más de dos años bloqueó la finalización de los trabajos, a la espera de alcanzar un acuerdo con el Ayuntamiento.

Esa situación adversa generó el deterioro de algunos de los materiales ya instalados, hasta el punto de que se ha tenido que cambiar la cubierta desmontable que estaba prevista en el proyecto, por otra fija. Los técnicos municipales subrayan que no será una piscina abierta en verano, como lo era al principio, como consecuencia de los reajustes posteriores. Para Pérez Moreno, el montante definitivo superará la barrera del millón de euros, por lo que «se podrían haber hecho dos piscinas con ese dinero, en dos zonas distintas».

De hecho, sólo la segunda fase de la reforma inicial adjudicada a Climocubierta ascendía a la cantidad de 413.959 euros. Y más tarde, al reanudar a finales de 2009 el procedimiento, con una rescisión previa del contrato con dicha entidad, los trabajos para la finalización del proyecto fueron licitados por un montante aún mayor, de 541.000 euros.

La segunda adjudicataria, Chirivo Construcciones SL, rebajaría esa cifra en 116.000 euros, hasta fijarla en unos 425.000 euros. Pero Pérez Moreno insiste en que con el montante global hubiese habido presupuesto para mantener la piscina descubierta junto al casco histórico y plantear una segunda infraestructura climatizada en algún otro lugar del municipio. «Esta obra era uno de los temas espinosos que habíamos recibido en herencia y sin embargo, se ha podido resolver mediante diálogo».