Ronda es una de las pocas ciudades españolas que posee un escudo propio por concesión real. Mayor privilegio es aún que sus armas sean la divisa o el emblema personal del Rey Fernando el Católico, quien tras la reconquista del municipio a los musulmanes en 1485 se sintió motivado a unirse a los vecinos a través de su símbolo. Pero a pesar de todos estos condicionantes históricos y ya en pleno siglo XXI, la ciudad del Tajo sigue sin tener bandera.

Es por ello que el cronista oficial de Ronda, Manuel Garrido, nada más ocupar el cargo hace ahora un año se puso manos a la obra y creó una comisión de expertos, formada por historiadores, licenciados en arte, archiveros y especialistas en heráldica, con la única intención de presentar una propuesta al Ayuntamiento para elegir de forma definitiva su enseña.

Según explica Garrido, la ciudad sólo cuenta con el pendón que dejaron los Reyes Católicos, aunque este emblema nunca llegó a convertirse en la bandera oficial, entre otras cosas, porque se encuentra muy deteriorado y apenas se puede sacar de la urna de cristal donde se encuentra depositado.

«Teniendo en cuenta que la bandera debía ser representativa del municipio y a la vez contar con razonamientos históricos, decidimos trabajar sobre los documentos existentes al respecto». Para ello, esta comisión utilizó como instrumento de trabajo el Libro de los Repartimientos de los Reyes Católicos, en el que se le concedían a la villa una serie de armas definidas de la siguiente manera: «Sobre campo de gules un yugo dorado con las coyundas de plata cortada»; y esa ha sido la clave para diseñar el boceto de bandera.

Así, según explica Garrido, la enseña debe tener como fondo el rojo carmesí (el gules que le concedió a Ronda Fernando el Católico), reflejándose en el escudo el yugo de color dorado, junto con las coyundas (correas) de plata cortadas. Según precisan los historiadores, el monarca decidió conceder estas armas a la ciudad como consecuencia de la resistencia que presentó a la hora de la reconquista.

Pero aún había que añadir nuevos elementos. En este caso el «camponado» blanco con que se ribetea la bandera, que en esta ocasión se ha elegido en honor a el Príncipe Juan I, hijo de los Reyes Católicos que fue «señor de Ronda».

El cronista oficial dice que en aquella época sólo contaban con banderas o estandartes las coronas o los gobernadores, por lo que los municipios no disponían de insignias propias. No fue hasta el siglo XIX hasta que las grandes ciudades empezaron a hacer suyos los emblemas y a darles rangos de banderas representativas de cada una de ellas.

Ronda, al no haber contado nunca con una enseña, se ha estado valiendo de forma oficiosa de una bandera de color blanco con el escudo de la ciudad en el centro.

Pero ese escudo también ha sido objeto del análisis de los historiadores, ya que a lo largo del tiempo ha ido sufriendo importantes modificaciones y el actual, que curiosamente fue diseñado por la Caja de Ahorros de Ronda (ahora fusionada en Unicaja), presenta alguna incongruencias históricas, como por ejemplo es el hecho de contar don dos coronas, que para los entendidos en heráldicas no es lógico.

Lo que sí está claro es que la frase que figura en el escudo: «O Ronda Fidelis et fortis» (O Ronda fiel y fuerte), le fue otorgada por el Rey Carlos I en agradecimiento al apoyo que tuvo de sus vecinos en la guerra de los comuneros del siglo XVI, apunta el cronista.

Con todos los elementos históricos ya analizados, documentados y acordados, ahora la comisión de expertos espera que la corporación municipal dé su visto bueno al boceto presentado y, en breve, la ciudad pueda contar con una enseña propia que le represente en todas partes.

De momento, de forma oficiosa, en los principales edificios del municipio serrano ondea una bandera blanca con el escudo actual, que hace las veces de la enseña de todos los rondeños, aunque todos saben que es de pega.