La prisión de Alhaurín de la Torre ha propuesto que un interno que llegó la pasada semana del penal de Albolote para someterse a una operación de cambio de sexo en Málaga sea reclasificado en primer grado, más duro que el segundo, y lo ha aislado tras agredir a una funcionaria el pasado viernes. El transexual está inscrito en el Registro Civil con nombre femenino desde 2008, pero su condición es aún la de varón. Fuentes penitenciarias indican que mide 1,80 metros y pesa 80 kilos, por lo que posee una gran fuerza, pese a lo cual estaba en el módulo de mujeres.

Las fuentes consultadas explicaron que, tras la agresión, el reo ha sido aislado; se le ha preguntado qué se considera él y cuál es su orientación sexual para que ingrese en el módulo que corresponde, y se le ha cursado la petición de concesión del primer grado, el más duro. La funcionaria, según fuentes distintas de las anteriores, fue agarrada por el pelo y golpeada contra la pared para luego ser arrojada al suelo sin que mediase provocación. No es un hecho nuevo, denuncian, pues su trayectoria disciplinaria en diferentes presidios ha sido negativa demostrando «su fuerza física tanto con hombres como con mujeres». Cuenta con más de cuarenta sanciones.

El sindicato CSI-F no entiende cómo «el interno no tenía el primer grado dado su expediente de violencia» y confirmó que se reunirá mañana con la funcionaria «para conocer de primera mano su situación y aconsejarle los pasos a seguir». En principio, denunciará los hechos. La agredida sufre molestias físicas y está emocionalmente afectada. El agresor amenazó, asimismo, tanto a otras internas como a diversas empleadas públicas.

El sindicato se queja además de que ningún gobierno ha hecho caso de las peticiones de los funcionarios. «Ha sido propuesto para el primer grado en varias ocasiones, siendo rechazado por los servicios centrales, aplicándose el principio de flexibilidad, donde pese a tener el primer grado se goza de todos los privilegios del segundo», precisó la central sindical.

Actualmente está interno en módulos femeninos, pero se le ha aislado tras la agresión. «Informes psicológicos entre 2006 y 2011 afirman que el preso no ha querido cambiar su clasificación interior», dice el sindicato, ya que prefiere estar en el módulo de hombres.