Viajar hasta los mismísimos orígenes de la humanidad y sin necesidad de máquina del tiempo. Una sensación parecida es la que provoca sumergirse en las más profundas entrañas de las Cuevas de Ardales y la Sima del complejo de la Cuevas de las Palomas en Teba.

Estos días, ambas hacen las veces de laboratorio para científicos e investigadores que, dentro del Proyecto Guadalteba, llevan a cabo desde el pasado mes de septiembre un estudio arqueológico que pretende arrojar datos reveladores acerca de la presencia del hombre prehistórico en ambos yacimientos y que permitirá abrir futuras vías de investigación no sólo en la comarca sino también en toda la Península Ibérica.

Dicha investigación se enmarca dentro de un proyecto de cooperación internacional coordinado entre el prestigioso Stiftung Neanderthal Museum de Alemania, la Universidad de Cádiz, el Consorcio Guadalteba, el Grupo de Acción Local Guadalteba y la Junta de Andalucía, de la que actualmente están llevando a cabo una segunda fase de trabajos iniciada a principios de este mes y para la que cuenta con un amplio equipo multidisciplinar.

Dentro de esta iniciativa, historia e innovación se unen más que nunca a través de la aplicación de técnicas pioneras, en este campo poco invasivas. Entre ellas, el escaneado láser, que permite estudiar el arte rupestre hallado en el yacimiento de Ardales en tres dimensiones; así como diferentes análisis de topografía científica.

«Estas técnicas nos permiten establecer una cronometría exacta que nos permitirá conocer los modos de vida y conductas de estas sociedades de cazadores-recolectores especialmente en el pleistoceno superior», revela José Ramos, catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cádiz.

Fruto del arduo trabajo de estos investigadores, han logrado confirmar tres asentamientos importantes del hombre prehistórico en la Cueva de Ardales. Según Ramos, una primera se situaría entre los 30.000 y 25.000 años a. C. en el paleolítico superior antiguo; una segunda, en torno a los 25.000 años a. C., en el paleolítico superior-Medio correspondiente al mundo gravetiense; y una más reciente, en torno a los 18.000 y 20.000 años a. C., del mundo solutrense.

Sima de Las Palomas. También es objeto de investigación la sima que corona el complejo kárstico de la Cueva de las Palomas en Teba, un yacimiento que data del año 2002 y que, según el director del Neanderthal Museum, Gerd-Christian Weniger «podría haber servido de refugio a los últimos hombres neandertales», a tenor de los hallazgos y del análisis de sedimentos de la cavidad. Una pista tras la que parecen estar cada vez más cerca.