Al margen de sus procesiones, la Semana Santa tiene también entre sus «platos fuertes» su propia gastronomía, una magnífica aliada que contribuye a sumar adeptos a la Pasión de Alhaurín el Grande.

Por ello, el Ayuntamiento de la localidad convoca desde hace tres años en estas fechas unas jornadas para poner de relieve las riquezas culinarias de la tierra. Una iniciativa a la que este año se han adherido casi 20 restaurantes y confiterías del municipio.

Entre ellos, el restaurante La Higuera, que agasaja a sus clientes con un menú que no tiene desperdicio. Para abrir boca, sirven una degustación de pitillo de bacalao, boquerones en vinagre, huevos rellenos y ensaladilla rusa. A ellos siguen como segunda opción el tradicional potaje de vigilia y fritura de pescado. Y para rematar, una cuajada casera con caramelo. «Son fechas claves en las que se llena el restaurante y siempre los clientes aprovechan para pedir estos platos», afirma Javier Gálvez, uno de sus camareros.

Por la tradición también apuesta el café-bar La Fama, que participa por primera vez en estas jornadas con una suculenta carta de manjares que incluye cazuela de fideos con bacalao, bacalao a la vizcaína y arroz con leche al caramelo como postre, elaborados con maestría por su chef, Antonio Suárez.

Otros, como el restaurante Carolina, apuestan por la innovación y la cocina de autor, ofreciendo a sus comensales entre otros platos una deliciosa crépe rellena de espinacas gratinada con queso de cabra, así como delicias de lenguado con aroma de cítricos de la tierra.

Los postres también ocupan un lugar especial. En este caso, la confitería El Colmenero, veterana en estas lides, suma a sus tradicionales torrijas con miel y azúcar, el ya famoso postre «nazareno» que, como afirma su propietario, Antonio García, «tiene mucho éxito». A esta oferta repostera se une también la pastelería Guzmán, que este año presenta como novedad las magdalenas cofrades bañadas con los colores que marcan las cofradías del municipio.