El centro de Antequera sigue siendo un espacio muy difícil de transitar para las personas con problemas de movilidad. Lo han comprobado personalmente los casi 200 alumnos de tres centros educativos de la localidad que ayer recorrieron las calles del casco histórico en silla de ruedas para hacer un análisis de la zonas con más problemas de acceso para discapacitados.

La iniciativa surgió de manos de la Coordinadora de Asociaciones por la Integración en Antequera y la comarca (Casiac) que esta semana ha celebrado las jornadas por la diversidad y que han contado con la colaboración de estos jóvenes que con una ficha, común para todos, han puntuado las calles, edificios, monumentos y espacios públicos a los cuales no podría acceder una persona con problemas de movilidad.

«El objetivo es concienciar a estos jóvenes, que cursan sus estudios de ESO, de los problemas que se encuentra una persona con discapacidad para circular en su día a día y llevar los resultados al Consistorio para que pongan las medidas necesarias que acaben poco a poco con este problema», dijo Enrique Arjona miembro de la coordinadora.

De los resultados obtenidos en esta iniciativa se hará un informe que llegará hasta el Ayuntamiento de Antequera con el objetivo de que el área de Asuntos Sociales lo tenga en cuenta para la redacción del próximo plan de barreras arquitectónicas.

«Vamos a comenzar ya con la redacción de este nuevo plan que está subvencionado por el Imserso y tendremos en cuenta las propuestas de estos jóvenes y de la coordinadora. Además hace unos meses que funciona el correo electrónico sinbarreras@antequera.es en el cual los ciudadanos dejan sus propuestas en esta materia», dijo el edil de Asuntos Sociales, José Luque.

Los jóvenes se dividieron por grupos, cada uno con una silla de ruedas recorrieron la ciudad por zonas, apuntando y evaluando los espacios que estaban reflejados en sus fichas. Cabe destacar que a pesar de que la ciudad tiene más de una treintena de iglesias sólo una carece de barreras arquitectónicas.

Por contra, aprueban con nota la mayoría de los edificios públicos, que han sido adaptados con sistemas que permiten el acceso con sillas de ruedas. Y también se han cuidado las calles de las zonas de expansión de la ciudad.

Sin embargo, los jóvenes comprobaron que resulta casi imposible, aunque sea con ayuda, recorrer el casco histórico en silla de ruedas. Así, la nota en barreras arquitectónicas del casco histórico de la ciudad no llega al cinco en muchas de sus zonas.