Almargen no olvida a los suyos. Francisco Ramón Ruiz Fernández y Pedro Barquero González, agentes de la Guardia Civil y la Policía Nacional asesinados por ETA a principio de los 80, tendrán desde el próximo 22 de junio sendas calles y un monolito en el pueblo que les vio crecer. El acto se celebrará a partir de las 12.00 horas y tanto la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) como el Sindicato Unificado de Policía (SUP) prevén la presencia de un nutrido número de autoridades, como destacados mandos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, la delegada del Gobierno de Andalucía, Carmen Crespo, el subdelegado del Gobierno en Málaga, Jorge Hernández Mollar, y el Defensor del Pueblo andaluz, José Chamizo, entre otros.

Pedro Escalante, hermano de la viuda de Ruiz Fernández y amigo personal de los dos fallecidos, mostró ayer la satisfacción de todos los familiares ante un reconocimiento que Almargen le ofrece a dos de sus hijos, en este caso adoptivos. Escalante recuerda que su cuñado, natural de Arjona (Jaén), llegó al pueblo natal de su futura esposa con siete años como consecuencia del traslado de su padre, también guardia civil. Barquero, por su parte, nació en Alcalá de Valle (Cádiz), aunque sus primeros 20 años de vida los pasó en La Atalaya, entre Almargen y Cañete la Real.

Francisco Ramón Ruiz Fernández murió a los 26 años ametrallado por dos etarras junto a otro guardia civil el 16 de mayo de 1980 mientras cenaba en un bar de Goizueta (Navarra). Tres años después, Pedro Barquero, de 30 años, fue asesinado a tiros en Bilbao junto a su mujer, de 25 y embarazada de cinco meses, en un aparcamiento cuando se disponían a ir al ginecólogo. Ambos se cruzaron en el camino de dos etarras que en ese momento intentaban secuestrar a un compañero de Barquero. Los tres fueron ejecutados.