La Audiencia de Málaga ha condenado a cinco personas, entre ellas una mujer, por una reyerta ocasionada en el interior de una discoteca de la localidad malagueña de Guaro y que terminó con varios heridos, entre ellos uno de los agentes de la Guardia Civil que intervino para separar a las partes enfrentadas.

La pelea sucedió en febrero de 2009. Según los hechos declarados probados en la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, dos de los acusados sin conocerse con anterioridad y por razones que se desconocen "comenzaron a empujarse mutuamente en la zona de la barra del local", aunque fueron separados.

Al rato, ambos acusados volvieron a encararse, dice la resolución, iniciándose entre ellos un forcejeo en el que uno de ellos golpeó con una botella de cristal al otro en la cara, alcanzándole la boca. Un amigo del lesionado, al verle la herida que sangraba, fue a pedir explicaciones al otro, junto al herido y otro amigo.

En ese momento, se produjo entre estos tres y el primer agresor, ayudado por algunos amigos, un nuevo altercado, en el que resultaron heridos los cuatro. Tras lograr que se separaran, el encargado del local ordenó el desalojo de la discoteca, quedándose dentro uno de los acusados y sus amigos.

Fuera, los otros tres procesados increparon y retaron a éstos a que salieran y, al no hacerlo, intentaron acceder de nuevo al local, apoyados por otras personas que estaban en la puerta y que también habían sido desalojadas; hasta que lo lograron, arrollando al dueño del establecimiento y a su madre, que resultó herida, según la sentencia.

Al entrar, fueron "rompiendo mobiliario" y nuevamente, indica la resolución, se enzarzaron con el otro grupo, aunque fueron separados y reducidos por efectivos de la Guardia Civil que acudieron al local, uno de los cuales resultó herido cuando sujetaba a uno de los acusados que intentaba tirar un objeto de decoración a una persona.

Así, a dos de los acusados se les condena por dos delitos de lesiones y otro de daños, a un total de tres años de prisión y multa de 1.080 euros; mientras que a otro se le condena por un delito de lesiones cualificadas por utilización de arma a tres años y medio de cárcel y por una falta de lesiones.

Asimismo, a otro acusado se le condena por un delito de lesiones a un año y medio de prisión, por uno de resistencia a agentes de la autoridad a seis meses de prisión, por otro de daños a seis meses de multa, es decir, 1.080 euros; y por una falta de lesiones. A la última acusada se le condena por una falta de lesiones.

En cuanto a las responsabilidades civiles, cuatro de los acusados deberán indemnizarse entre sí con distintas cantidades por las lesiones sufridas y tres de ellos deberán indemnizar a la madre del dueño del establecimiento por las heridas y las secuelas producidas con la cantidad de 19.700 euros.