Los 1.200 vecinos del núcleo de Bobadilla, en Antequera, están recogiendo firmas para exigir a las administraciones que arreglen el puente de acceso a la pedanía, que se encuentra sin barandilla en uno de sus laterales desde el mes de septiembre, además de contar con una infraestructura cada vez más deteriorada tras las riadas de estos meses atrás.

Aunque se han planteado en más de una ocasión cortarlo al tráfico, la medida se hace imposible, según el alcalde pedáneo, Fernando Reyes, porque es la única vía de acceso al anejo de los vecinos que tienen sus explotaciones y viviendas en la zona sur. «A diario tenemos que pasar con los vehículos por este peligroso puente e incluso a pie con los niños porque hay explotaciones agrícolas y ganaderas pero también viviendas», aseguró Reyes.

Se trata de una demanda que hacen en Bobadilla desde hace más de diez años después de que un vecino muriera en un accidente en este mismo puente. «Se echó en la barandilla, se cayó y murió de las heridas», dijo Reyes. En aquel entonces el Ayuntamiento fue el encargado de poner unas barandillas nuevas que después de una década se llevó el agua el pasado mes de septiembre.

Ahora, el equipo de gobierno antequerano del Partido Popular ha pedido en reiteradas ocasiones al ente autonómico que actúe en la zona pero la Junta de Andalucía asegura que es responsabilidad municipal.

El edil de Anejos y Medio Ambiente, Juan Álvarez, ha visitado la zona en numerosas ocasiones y ha enviados varios informes a la Agencia Andaluza del Agua para demostrar que se trata de un puente de competencia regional que además necesita de un cambio total. «Se dan dos circunstancias por las que se explica que es la Junta la que debe actuar: es un puente sobre el cauce de un río y además en un vía pecuaria», explicó el concejal.

A la falta de barandilla, se une que en los últimos meses esta vía se ha convertido en el paso de acceso de camiones de gran tonelaje que trabajan en las obras de la línea de alta velocidad. Todo esto ha hecho que los problemas en la infraestructura se hagan más visibles y ya está cediendo por una zona. Además, es también una de las entradas y salidas de la pedanía hacia Málaga y otros pueblos de la comarca como el Valle de Abdalajís.

Los vecinos siguen mirando al cielo cada vez que llueve con fuerza porque la broza que se acumula de las dos últimas riadas en los pilares del puente ha hecho que desde el pasado otoño las casas de la zona se hayan inundado hasta tres veces.

Es más, uno de los vecinos lleva cinco meses sin poder entrar en su casa por las humedades que acumula la vivienda, están en casa de los suegros y temen que la situación se vuelva a repetir.