Por un camino digno. Es el lema que mueve desde hace 20 años a los vecinos de la pedanía de Barranco del Sol que estos días vuelven a unir sus voces para pedir al Ayuntamiento de Almogía y a las administraciones provinciales y autonómicas que arreglen los 12 kilómetros de vía que une al anejo con Casabermeja antes del inicio del curso escolar.

«La última de muchas promesas hablaba del comienzo de las obras en junio pero nada se ha hecho y los niños tienen que volver a pasar por un camino estrecho, sin asfalto y lleno de peligros», asegura el responsable de la asociación de vecinos, Juan José García.

Hasta la empresa de autobuses se niega a llegar hasta la zona interior de la pedanía por el estado del camino para recoger a parte de los 25 alumnos de tres a 16 años que van cada día a clase.

Especialmente, desde las riadas del pasado otoño. «Desde entonces no se ha hecho nada a pesar de que una parte de la carretera se desprendió; los vecinos hemos puesto la seguridad porque a duras penas pasa un coche», dice.

«La estrechez del camino es tal que no pasa ni el camión de la basura que duplica el trabajo con otro de menor capacidad que accede a la zona coge las bolsas y después las deposita en el grande», explica otra de las vecinas, Paqui Macías.

Precisamente, tras las riadas, los propios vecinos pidieron dar prioridad de inversión a esa zona. «Por la plaza del pueblo han pasado ya representantes de todos los partidos e instituciones pero nadie ha hecho nada», dice otra de las afectadas, Isabel Brene.

Hace ya 20 años que el actual regidor del Ayuntamiento de Almogía, Cristóbal Torreblanca, responsable de estas vías, prometió acometer cada año uno o dos kilómetros. «La promesa se quedó en eso porque sólo se hizo un primer kilómetro», detalla Macías.

En esta pedanía viven unos 800 vecinos que utilizan esta vía y que necesitan tener una comunicación adecuada para su vida diaria pero también para asegurar un desarrollo de esta zona que ha sido rica en producción agrícola y ahora está azotada por el desempleo. «No llega ni un euro para el camino pero sí las cartas de los impuestos; hemos contado 425 casas que de media pagan 200 euros de IBI y de impuesto de circulación 150 de media por coche, son 80.000 euros al año de impuestos de los vecinos pero nada se reinvierte», detalla García.

Tras un encierro de 60 días hace dos años, una huelga de hambre de once días en la Diputación e innumerables concentraciones y manifestaciones -la última el pasado viernes en la Delegación de Agricultura-, los vecinos siguen esperando el inicio de la ejecución de un proyecto que redactó la Diputación valorado en dos millones de euros. «Era la base de un compromiso firmado por las tres administraciones en 2010 que decía que iban a buscar la financiación para que estuviera antes de 2012», añade Macías.

Juan García conoce bien el camino fue conductor del autobús escolar durante 15 años y sabe que el peligro para los niños es diario. Así lo reconoció también el Defensor del Pueblo en una carta que envió el pasado mes de junio al Ayuntamiento. Durante este tiempo además, parte de la vía, unos seis kilómetros, fue utilizada como paso de camiones durante la ejecución de la autopista de las Pedrizas.

«Los promotores se comprometieron a arreglar el vial y dejarlo en buen estado y lo que hicieron fue un riego asfáltico que está ya deteriorado, ahora seguimos también con esa lucha», aseguran los vecinos que esperan no tener que lamentar ninguna tragedia.