Antonio Fernández, un vecino de Antequera de 65 años, caminará desde Antequera a Santiago para recaudar fondos con los que comprar dos sillas especiales para sendos niños de la localidad con problemas de movilidad. Una peregrinación solidaria que además es un nuevo reto para Antonio, que participa a menudo en competiciones de alto nivel.

Por eso, a pesar de las cifras que maneja para el viaje, unos 1.200 kilómetros de travesía desde la ciudad del Torcal hasta Santiago, asegura que «está preparado. Haré unos 40 kilómetros al día con lo que calculo que tardaré unas cinco o seis semanas en llegar a mi objetivo», detalla el peregrino.

Ahora, Antonio pasa las tardes viendo rutas y preparando lo necesario para cuando llegue la mañana en la que decida comenzar esta nueva aventura, que hará solo y que iniciará la próxima semana. «La primera parte va de Antequera a Rute y después seguiré por Extremadura; ya hice una ruta en bicicleta con mi mujer, pero esta vez no vendrá conmigo», explica.

El peregrino solidario llevará una carta del ayuntamiento de la ciudad en la que acredita el fin de su viaje para que todo aquel que quiera pueda colaborar con esta causa solidaria. «Sé que la gente no se fía, por eso llevo la carta y espero poder recaudar lo máximo posible para ayudas a estas familias», dice.

Para poder cargar con todo lo necesario para el camino, Antonio ha diseñado un carro en el que portará una tienda de campaña, un saco, un colchón y otros enseres. «Sufrí hace años una leucemia de la que estoy recuperado pero no puedo cargar tanto peso en la espalda, así que diseñé este carro con materiales reciclados de casa, un carrito de la compra que se ayuda de una brocha y un palo de escoba que funcionan como amortiguadores y las engancho a la mochila», explica.

Antonio reconoce que estos retos tienen además de un fin solidario un reto personal de superación que compartirá también con los enfermos del hospital Carlos Haya de Málaga, donde le trataron, para demostrarles que con ganas y capacidad de superación «todo es posible».

Aún así, el camino es largo y al esfuerzo físico se unen las inclemencias meteorológicas. Por ello, Antonio ha estado entrenando y probando el carro de viaje estas semanas. «He puesto dos kilos más del peso que llevo en botellas de agua y he hecho algunas rutas para ver cómo lo soportaba y ha ido muy bien», cuenta animado.

Antonio llama a la solidaridad de la gente y pide que todo aquel que quiera colaborar ingrese lo que pueda en la cuenta 0182 3365 16 0200017432. «Cada silla para los niños cuesta aproximadamente 600 euros porque son especiales; espero poder recaudar lo suficiente», añade el peregrino con el bastón en las manos pensando en el camino que le queda por delante. Una travesía que, según detalla, le resulta mucho más fácil que ganarse la solidaridad de la gente, aunque eso sí, se muestra esperanzado y tira del refranero: «si quieres ir rápido ve solo, si quieres llegar lejos ve acompañado», afirma.