­La actual crisis económica ha dejado y está dejando mella en la situación financiera de muchas familias. Cada vez son más las personas que acuden mensualmente a la Plataforma Antequera Solidaria en busca de alimentos. Cerca de un millar de familias antequeranas recogen comida para seguir adelante.

En los últimos meses se ha producido un aumento de personas necesitadas en la Ciudad del Torcal, según el presidente de la Plataforma, Paco Moreno, quien subraya que cada vez son más antequeranos los que acuden y cada vez menos inmigrantes. «El perfil es el de una familia con hijos que ha trabajado toda la vida, incluso con un nivel de vida medio-alto, con dos vehículos en la casa y que ahora de repente ven que sus vidas se desmoronan», explica.

Moreno señala que lo peor son los niños. «Hay muchos niños y niñas que cuando se levantan no tienen nada que llevarse a la boca; por suerte, los colegios están colaborando mucho, el problema será ahora cuando llegue el verano y cierren», lamenta.

«Es un verdadero drama, muchos los ves por la calle que buscan chatarra, se buscan la vida en el campo o hacen rifas, son familias que no han tenido nunca la necesidad de pedir y ahora se encuentra en una cola de personas pidiendo alimento», expone.

Moreno indica que cada caso es diferente, destacando a familias en las que se ha roto el matrimonio «por no tener dinero», personas con las manos hinchadas de lavar a mano porque se les estropea la lavadora, depresiones, crisis de ansiedad, y familias al borde del desahucio «por llevar incluso años sin poder pagar la hipoteca».

En este sentido, Paco Moreno afirma que esta ayuda que ofrecemos «es sólo alimentos, pero también deben de pagar facturas y no tienen como hacerlo».

El presidente de la Plataforma Antequera Solidaria apunta que son muchas las empresas de Antequera que donan alimentos, «pero con el aumento de la demanda necesitamos más», sobre todo leche, verduras, envasados o huevos.

Lourdes acude desde hace tres meses al Banco de Alimentos. Lleva años buscando empleo y no tiene ayuda, ya que trabajó durante años en casas particulares cuidando ancianos y no le correspondía prestación. «Mi situación ha cambiado al 100% desde hace unos años, cuando tenía trabajo y vivía con mi madre y mi hijo que también aportaban, pero un varapalo del destino hizo que fallecieran y ahora me encuentro sola con la ayuda que cada mes me dan aquí», explica.

María, asidua cada mes al Banco de Alimentos de Antequera, separada y con dos niñas de trece y diecinueve años, destaca que «estoy sin nada». «De tenerlo todo, de cobrar hasta 1.300 euros del mes, a no tener nada, ahora por los menos recogemos estos alimentos, y aunque hacemos malabares, es un alivio», revela.

«Vivo esperanzada a lo que mis padres me dan y Cáritas, que de vez en cuando me pagan las facturas de la luz y el agua, además mi exmarido paga la hipoteca, porque si no estaríamos en calle», resalta. María asegura sentir «vergüenza» por la situación que está viviendo y no quiere que se enteren sus hijas porque incide en que «me da lástima». Una tragedia que cada vez viven más familias en Antequera.

@_rocioluque