Durante los próximos días, las calles cercanas a la plaza Virgen de la Salud de la pequeña localidad de Jimera de Líbar, situada en la comarca de la Serranía de Ronda, adquirirán el aspecto de la ciudad de Belén durante la época del nacimiento de Jesús de Nazaret.

El 20 de diciembre tendrá lugar la VII edición del Belén Viviente, que cada año atrae a centenares de curiosos y turistas de otros puntos de la geografía malagueña y que cuenta con el trabajo minucioso de los vecinos del municipio, que colaboran desde el primer minuto en uno de los días más importantes para el pueblo dentro del programa de fiestas. Se trata de una iniciativa del Ayuntamiento que nació en 2005.

La principal diferencia que tiene con otras escenificaciones es que el público no tiene que realizar un recorrido, sino que son los actores los que representan la obra con aparición de animales, cambios de escenarios y todos los elementos que formaron parte de este capítulo evangélico.

Más de medio centenar de vecinos ensayan desde hace dos meses una vez a la semana para que la puesta en escena no defraude al público. Ellos son los actores que mayor peso tienen en la obra, pero son cerca de 200 personas en total las que participan activamente en el proyecto.

Las palmeras en las ventanas, la paja y el romero en el suelo, los animales o las faraonas: el decorado va tomando mayor peso a medida que pasan los días. Los vecinos cuidan rigurosamente los detalles, portando la vestimenta y calzado de la época, algo que llama la atención de los curiosos que se acercan para ser testigos del espectáculo.

La tecnología y todos los elementos que puedan distorsionar la escena desaparecen a favor de utensilios rudimentarios como puede ser la leña para hacer fuego o las cacerolas de barro.

Del mismo modo, los balcones de las casas y locales del pueblo se engalanan dando lugar a un conjunto paisajístico realmente llamativo, ayudado también por el carácter poco urbanista del entorno.

Esta representación del nacimiento de Jesús cuenta además con una amplia variedad de actores donde se puede localizar a un número elevado de romanos, judíos y animales de todo tipo, entre los que se incluyen los clásicos buey y la mula que dieron calor a José y María y al niño Jesús.

El mercadillo y los pequeños puestos de los comerciantes también irán a juego con el entorno decorado de la plaza. En él, los vecinos también podrán disfrutar de distintos productos típicos elaborados en la localidad que los particulares expondrán para que los visitantes puedan degustarlos. Entre ellos se encuentra la mistela, un licor elaborado a base de mosto y alcohol, dulces caseros, embutidos, almendras tostadas o buñuelos de chocolate.

El Baile Medieval que se celebró el pasado año se volverá a repetir para que los turistas y las personas que habitan en el pueblo puedan disfrutar de un día completo de actividades el próximo sábado. De esta manera, y siendo esta su séptima edición, el Belén Viviente se asienta como fiesta importante de la localidad y un gran aliciente turístico para los pueblos que componen la enigmática Serranía de Ronda.