La promoción de la prensa a nivel nacional e internacional y el interés de miles de personas por cruzar los cerca de siete kilómetros del camino le han augurado un éxito que ni la propia Diputación esperaba y, sin embargo, la gestión de las reservas y todo lo que gira en torno a ello la ha puesto en el punto de mira. Se abrió hace menos de un mes, el pasado 28 de marzo, y no es la primera vez que el sistema se colapsa. A principios de mes hackearon la página que gestiona las reservas y se presentaron seis veces más de las personas permitidas en un turno para cruzar el desfiladero.

Hasta 300 usuarios llegaron con su correspondiente pase y la Diputación tuvo que gestionar el acceso a lo largo de la mañana, para que nadie se quedara sin entrar, al entender que el fallo era interno de la propia administración.

Los técnicos descubrieron que habían manipulado la web y revisaron todas las reservas para no encontrar futuras sorpresas amargas. Ayer volvió a ser un día frenético para los técnicos de la institución y desde ahora ellos mismos gestionarán su funcionamiento.