La plantación del pistacho en el campo no supone la inmediata producción de frutos. Y es que hasta que el árbol se asienta deben de transcurrir algunos años, durante los que se da los primeros pasos en su poda e injerto.

La primera cosecha del árbol es a los cinco o seis años cuando produce entorno a los 250 kilogramos por hectárea.

A partir de los diez años la hectárea supera los 1.000 kilogramos y tras pasar la barrera de las 15 primaveras puede alcanzar los 2.000 kilogramos, que va incrementando a lo largo de los años.

Un campo de pistachos deben situarse entre los 400 y 500 metros del nivel del mar. El fruto seco necesita unas condiciones meteorológicas extremas, con temperaturas altas en verano y muy bajas en invierno, según expone el principal productor de la provincia, José Aguilar.

La comarca de Antequera se encuentra en el límite, por ello las primeras experimentaciones de este agricultor fueron fallidas en esta zona.

La variedad de pistachos Kerman, de gran tamaño y de buena calidad, es la que se produce en Archidona, tratándose de un pistacho universal.

«El desabastecimiento que tiene el mercado nacional en cuanto a pistachos producidos en España va a potenciar su desarrollo hasta que seamos autosuficientes. Hay un campo muy amplio para andar», indicó Aguilar.