­España abastece a un tercio de la demanda mundial de aceite de oliva. Sin embargo, los agricultores miran hacia atrás lamentando unos precios por debajo del umbral de rentabilidad durante los últimos años, en la mayoría de los casos, y viviendo un presente en el que la cotización del oro líquido alcanza precios de metal precioso. Un panorama que esta campaña los productores de la provincia de Málaga auguran fructífero para el montante del kilogramo de aceite en origen, tras la subida del 27 por ciento respecto a la anualidad anterior.

No obstante, este escenario benefició más a la industria y a las envasadoras que a los agricultores, comprando las primeras el aceite a precios más bajos para más tarde aprovecharse de una subida de hasta un 40 por ciento, alcanzando niveles de hace diez años.

Los altos precios desencadenados por la escasa cosecha anterior, unido a las previsiones de esta campaña, azotada por la sequía y la alta demanda, han provocado el desabastecimiento de las almazaras españolas originando un escaso stock a nivel nacional, que los agricultores califican como el más bajo de la historia.

En este sentido, las existencias, según la Agencia del Aceite de Oliva, alcanza actualmente unas 208.000 toneladas, 56.000 en manos de las almazaras y 152.000 en envasadoras.

«Nunca he visto tan poco stock. El stock técnico se consideraba 170.000 toneladas a final de octubre y evidentemente cuando termine el mes nos situaremos por debajo. Vamos a llegar con la despensa vacía», señala el presidente de Asaja, Baldomero Bellido.

Un horizonte que los oleicultores vislumbran beneficioso para sus bolsillos, aunque esperan que la cotización no se vuelva a disparar, temiendo por la pérdida de consumidores como ha ocurrido en los últimos meses cuando el litro de aceite superaba los cuatro euros.

En esta línea, el secretario general de la Federación Española de Industrias Fabricantes de Aceite de Oliva (Infaoliva), Enrique Delgado, prevé que la cotización del aceite de oliva no suba por encima de los tres euros y medio, tras su descenso provocado al inicio de la campaña, como es habitual.

La situación que lleva viviendo Italia los últimos años por la presencia de la bacteria Xylella fastidiosa, las altas temperaturas de esta anualidad, y otros factores, fomentarán la continuidad de la exportación española.

«He estado en Italia y no tienen ni una aceituna; en zonas como la Toscana el cultivo está abandonado», resalta el responsable del olivar de COAG Andalucía, Juan Luis Ávila, quien también señala que el conflicto de Siria, uno de los principales productores también junto con Grecia y Túnez, contribuye a esta situación.

A pesar de ello, en COAG se muestran convencidos de que se podrá cubrir la demanda internacional a pesar de la escasa cosecha de Italia y la situación siria. Según Asaja «se llegará, pero justos».

Por su parte, el responsable de relaciones corporativas de Dcoop, Esteban Carneros, subraya que «se puede vender toda la cosecha a unos precios rentables».

En definitiva, los agricultores ponen sobre la mesa la necesidad de estabilizar el mercado de la venta del oro líquido para que no se beneficien los intermediarios y que los consumidores puedan adquirir un producto básico a un precio razonable.