El jamón, en particular, y los productos ibéricos, en general, son artículos de lujo de los que muchos, en tiempos de crisis, pueden prescindir. Tal es así, que gran parte de los 60 comerciantes que ayer se reunieron en la VIII Feria del jamón de Campillos aseguraban que, económicamente, es un mal año para los que se dedican al ibérico. Algunos como David López, de Hermanos López, afirmó que éste, para ellos, es uno de los peores años en lo que va de crisis.

Sin embargo, todos coincidieron en una idea: la feria de Campillos es un buen espacio en el promocionar sus productos. Un escaparate que año a año va mejorando en cifras: alcanzando esta edición los 12.000 visitantes, los 60 comercios expositores e incluso mejorando en espacio, pues este año la feria se amplió hasta la segunda parte del Paseo José Mª Hinojosa. Esta novedad viene desde el nuevo equipo de gobierno presidido por Francisco Guerrero que aseguró que esta es una medida muy acertada debido a la incómoda aglomeración de gente en años anteriores.

Muestra del gran escaparate que es esta feria son los nuevos miembros que este año se apuntaron. Entre ellos estaba José Luis Alonso que se decidió a montar su expositor por la buena fama que precede a la feria.

Aunque el encuentro se llame Feria del Jamón también hubo hueco para otros productos como el queso, el vino, la artesanía, la pastelería e incluso la cerámica. Entre ellos se encontraba el stand de Mateo Argudo, un joven emprendedor que acudía por primera vez a la feria, ya que Quesos Argudo es una empresa de reciente creación, y decidió que el mejor sitio para promocionarse no era otro que su pueblo. Otro novato y emprendedor fue Iván Florido, que acaba de introducirse en este negocio dando un salto empresarial.

Esta octava edición logró atraer al público a esta feria gastronómica ofreciendo además ocio y cultura, como las visitas guidas por el pueblo, los museos y las hermandades. Son iniciativas como éstas las que desde el ayuntamiento ayudan a «animar y revitalizar» el comercio del pueblo, explicó su alcalde.

Animar y revitalizar el pequeño comercio es una tarea ardua en momentos de crisis. Sin embargo las pymes la afrontan con valentía dando lo mejor de sí, e innovando, pues como dijo Lourdes Escribano, de Hermanos Vázquez, «los pequeños negocios tenemos que seguir adelante, no podemos competir en precio con las grandes superficies, pero sí en calidad».