­Las innumerables pérdidas económicas que han arañado los bolsillos de cerca de un centenar de agricultores de patata en los últimos dos años parece que toman otro camino con la campaña tardía o de verdete que se recolecta actualmente en la Vega de Antequera. Desde el veto ruso a inicios de 2014 la situación ha ido de mal en peor, seguida de la saturación del mercado desencadenada por la entrada del tubérculo viejo de Francia a escasa cotización, que provocó en la campaña de este verano un desplome de los precios. La actual recolección, que dio sus primeros pasos a principios de diciembre, concluirá en breve con unos precios que después de dos años de calvario cubrirán los costes de producción.

De las dos campañas de patata sembradas en el campo malagueño (junio-julio y diciembre-enero) la de final de año es la que, por regla general, más cotización obtiene aunque el año pasado siguió otros derroteros. Ahora los precios se duplican. Y es que a pesar de que las altas temperaturas del verano y la sequía del otoño han dejado el campo seco, provocando la caída de la producción, la cotización del tubérculo cubrirá los costes de producción.

En este sentido, la producción de patata baja un 12,5 por ciento, en una campaña que incluso terminará antes, quedando tan sólo un 10 por ciento por recolectar para principios de 2016, cuando lo normal es concluir a finales de enero.

De este modo, el campo antequerano pasará de 4 millones de kilogramos de patata a los 3,5 millones. Un panorama aliviado por los 30 céntimos de cotización del kilogramo frente a los 18 céntimos de la pasada campaña.

«El rendimiento por hectárea va a estar por debajo de un 15 por ciento. Para cubrir los costes de producción de la patata de verdete debemos de cobrar el kilogramo mínimo a 25 céntimos», indica el gerente de Horticultores El Torcal, Juan Antonio Romero.

No sólo la provincia de Málaga sufre el descenso de la producción del tubérculo por la alteración climatológica. Se trata de un escenario que se refleja en toda Europa. Un horizonte que desata la escasa presencia del producto en el mercado y que conlleva la subida de los precios.

Asimismo, Romero también destaca la valoración en el mercado de esta patata tardía «con un calibre por encima de la media».

Las esperanzas son positivas hacia mejores cosechas, pero aún no se puede cantar victoria. No obstante, el gerente de Horticultores El Torcal pone de relieve que «cada cinco años se hace media para comprobar si se han cubierto los costes de producción. Decir que esto nos salva es arriesgarse. Hay que seguir trabajando. No creo que esta campaña pueda suplir los costes de producción de las anteriores campañas».

El tubérculo tardío que se cultiva en la provincia se comercializa en Andalucía y el Levante español, mientras que la patata recolectada en verano se vende por el territorio nacional destinando un 15 por ciento a la exportación a Francia.

Así, las dos campañas sembradas en la provincia de Málaga producen 12,5 millones de kilogramos. La mano de obra que reclama la recolección de la patata es un alivio para muchas familias en estas fechas. En concreto, 7.000 jornales, que ascienden a 18.000 anuales si se suma la campaña temprana.

«Si no llueve no sabemos si podemos regar o no la siguiente campaña eso puede bajar mucho más la producción. Muchos agricultores se están replanteando plantar la patata por el agua», concluye Romero, quien insiste que el futuro del tubérculo está en el aire por la climatología.