La Sección de Delitos contra la Ordenación del Territorio, Patrimonio Histórico y Medio Ambiente de la Fiscalía Provincial de Málaga ha presentado una querella contra dos hombres que realizaban tareas de limpieza por haber destruido con una retroexcavadora parte del patrimonio romano e ibérico del yacimiento arqueológico de Los Castillejos, en Teba, el 19 de noviembre de 2014. El acusador público habla de «eliminación y destrucción del patrimonio existente, y la consiguiente pérdida de información histórica». La querella se ha interpuesto en los juzgados de Antequera por un supuesto delito sobre el patrimonio histórico.

Según consta en el texto de la querella, uno de los querellados contrató los servicios del otro, quien «posee y maneja una máquina retroexcavadora para la realización de limpieza de la parcela y acondicionamiento del camino que da acceso a la parcela 22 del polígono 43 de Teba». En ejecución de ese acuerdo, el segundo de los querellados, al mando de la máquina y bajo la dirección del primero, realizó labores de limpieza y acondicionamiento del camino y decapado de la parcela 22, que afectaron a otras zonas.

«Estos trabajos sobre el terreno los llevaron a cabo los querellados con pleno conocimiento de que en dicha zona se encuentra localizado el yacimiento arqueológico Los Castillejos, inscrito en el Catálogo General de Patrimonio Histórico de Andalucía como Bien de Interés Cultural con la categoría de Zona Arqueológica», precisa la Fiscalía en su querella, para añadir al instante: «Careciendo de cualquier tipo de autorización o licencia para ello e inobservando las más elementales medidas de precaución».

Con su actuación, precisa el acusador público, removieron «una amplia superficie del yacimiento, que abarca la práctica totalidad de la parte superior y media del cerro, aflorando abundante material cerámico y de construcción, entre los que se han identificado cerámicas pintadas de la época ibérica, sigilatas y tágulas romanas, así como mampuestos que han podido formar parte de distintas estructuras».

La remoción del terreno ha supuesto «una alteración estratigráfica arqueológica, lo cual ha provocado no solo un deterioro del yacimiento, con la eliminación y destrucción del patrimonio existente, sino también la consiguiente pérdida de información histórica, ya que la alteración de la secuencia estratográfica supone la remoción de los niveles arqueológicos y la descontextualización de los restos, que pierden gran parte de su valor científico».

En cuanto a la valoración económica, recuerda la Fiscalía que la pérdida de este patrimonio es «irreparable» y no es recuperable la información destruida. Sólo valorar lo sucedido puede presupuestarse «entre los 12.000 y los 16.000 euros».