­El Museo de los Dólmenes de Antequera tendrá que cambiar de aspecto obligatoriamente después de que el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos), organismo dependiente de la UNESCO, exigiera, entre otras cuestiones, la reducción de una planta del edificio para conseguir la declaración como Patrimonio Mundial en el mes de julio en Estambul (Turquía).

De esta forma, la fachada, que cuenta en la actualidad con 14 metros de altura, se verá reducida a tan solo cuatro metros para equipararse a la planta de atrás del museo. Así, la infraestructura tendrá un color blanco marfil en todo su conjunto.

Otra parte característica será el tejado del edificio, que presentará una cubierta vegetal que se compondrá de las mismas plantas que crecen en el entorno. De este modo, cuando la flora de alrededor esté seca, la del tejado también lo estará, presentando en todas las épocas del año un aspecto totalmente idéntico, mimetizándose así el museo con el conjunto de monumentos y todo tipo de vegetación que forman el Sitio.

También, junto al edificio se plantarán olivos y almendros, árboles característicos de la zona en la que se ubica el espacio museológico antequerano.

Sin embargo, el recorte en altura del edificio no significará la pérdida del programa museográfico ya previsto. En la planta principal, además de la zona comercial habitual en estos espacios, se dispondrá una maqueta del conjunto de los monumentos del Sitio y se explicará al visitante el valor universal excepcional de los Dólmenes. Asimismo, habrá una zona de audiovisual y varias exposiciones, tanto permanentes como temporales.

Un aspecto llamativo será la existencia en esta misma planta de dos grandes ventanales que permitirán ver desde el interior del museo la Peña de los Enamorados y el dolmen de Menga, incorporando de esta forma a la visita elementos que se encuentran en el exterior del edificio.

Además de la planta principal, el museo contará con un sótano, que se convertirá en un gran depósito de materiales arqueológicos de la Prehistoria y Protohistoria del Norte de Málaga. Así, este espacio servirá como centro de investigación para que cualquier experto tenga a su disposición información acerca de las llamadas Tierras de Antequera.

La planta subterránea también contará con talleres de restauración y diversos despachos, significando esto que el Museo de los Dólmenes no será solo un lugar de visita de turistas, sino un sitio de trabajo para aquellos que dedican su día a día a la arqueología o al estudio de esta disciplina.

En la actualidad, el nuevo proyecto se encuentra en su fase de redacción de cara a su aprobación que tendrá lugar este mismo año. Ya en 2017, si todo transcurre con absoluta normalidad, se producirá el inicio de las obras que cambiarán el aspecto del Museo de los Dólmenes, que lleva proyectado desde los años 90.

@ccasadob